La casa de Marian ha cumplido su primer aniversario con ella y su marido como propietarios. Este inmueble, que acumulaba cinco años de antigüedad en el momento de la compra, está situado en una urbanización de Majadahonda (Madrid), en un enclave rodeado de zonas verdes y con buenos accesos a gran cantidad de servicios. Además, este piso de 103 m² útiles queda cercano al lugar de trabajo de nuestra lectora, por lo que la localización resultó perfecta.
Uno de los aspectos que ayudó a crear ambientes acogedores fue la articulación de los espacios. Tras un mes y medio de obras, llegó el momento de decorar. Marian tuvo mano libre para intentar volcar en su hogar todas las ideas creativas que llevaba acumulando en su memoria desde que comenzó la búsqueda de su residencia. Uno de los puntos de referencia fue la carpintería blanca, una particularidad en la que la dueña hizo hincapié debido a la implacable búsqueda de luz y amplitud.
La comodidad es una condición imprescindible, por ello no se dudó en cambiar las puertas por correderas en salón y cocina. Las paredes sufrieron una metamorfosis importante, puesto que se alisaron y se pintaron con suaves tonos marrones y beige de diferente intensidad. Aunque aún faltan detalles mínimos, los principales objetivos que se marcaron se han cumplido: dotar a todas las habitaciones de utilidad sin descuidar el confort, aplicar un estilo de corte moderno con toques orientales y poner en práctica algunos consejos de distribución relacionados con el Feng Shui.
El mueble del recibidor es de wengué y procede de una tienda de Leganés. La extrema longitud del corredor fue resuelta con la colocación de potentes halógenos, cuya luminosidad disimula la estrechez del citado distribuidor. Todas las puertas blancas son de DM, tienen cinco líneas horizontales y fueron adquiridas en el Polígono Ventorro el Cano, en Boadilla del Monte (Madrid).Para no alargar visualmente aún más el salón, se amuebló con ligereza el lado izquierdo del mismo, por eso se prescindió de módulos altos. El sofá de Juan Parrabera apoya en una pared pintada en un tono topo, otorgándole un gran protagonismo a la tapicería blanca. A corto plazo, este lugar acogerá una pintura de dimensiones generosas que contenga toques en crudo que favorezcan el contraste.
Sobre el mueble blanco de la televisión, procedente de Merkamueble, se echa de manos alguna balda con objetos decorativos que complete el conjunto. El toque moderno lo aporta el reloj de pared, de Hábitat, mientras que la cálida alfombra es de Lienzo de los Gazules. La iluminación de la zona de tertulia consiste en una lámpara de pie y dos de sobremesa flanqueando el sofá.
El área reservada al comedor está constituida por un mobiliario sencillo en el que destacan las sillas tapizadas con un tejido especial que evita las manchas. El centro floral decorativo sobre el camino de mesa tiene claras reminiscencias orientales. La calma y el equilibrio son sentimientos latentes en este rincón. La luminaria de techo pende sobre la mesa llevando una luz suave a los comensales.
El ambiente de la terraza, creado con muebles de Verdecora y detalles textiles llenos de encanto, es perfecto para acoger una comida al aire libre para cuatro personas. Los arreglos vegetales repartidos por este exterior urbano dotan de alegría los días soleados. Las enseñanzas del Feng Shui hacen acto de presencia a través de un decorativo cuenco con agua y piedras de varios colores y tamaños.
En la cocina, el primer paso fue trasladar al centro de la pared lateral derecha la puerta de acceso, que antes del cambio estaba donde hoy se ubica el frigorífico. Se imprimió fuerza y vitalidad con un naranja ciertamente intenso. En que respecta a los electrodomésticos, Marian se arrepiente de no haber optado por un acabado inox antihuellas, ya que admite que los dedos siempre dejan marcas.
El muro en el que descansa el cabecero está acentuado gracias a su color marrón verdoso piedra. Marian no realizó una gran inversión en mobiliario porque teme cansarse del mismo, así que decidió acudir a Ikea, de donde también pertenecen los cojines. En cambio, las cortinas y el edredón proceden de una tienda cercana a la casa. Asimismo, las puertas originales del armario se sustituyeron.
En cuanto al mueble del lavabo, se trata de una pieza a medida que diseñó Marian tomando como inspiración diferentes ideas procedentes de varias revistas. La carpintería de los Hermanos Guillén, en un Polígono Industrial de Boadilla del Monte (Madrid), fue la encargada de materializarlo. Los cuadros sobre el alicatado fueron adquiridos en el mercadillo de Majadahonda.
La transformación del cuarto de baño del dormitorio principal resultó espectacular. Antes de la reforma, existía una bañera. La propietaria no era partidaria de este tradicional sanitario, por eso lo retiró y colocó una ducha de obra. El alicatado rectificado Bambú de Porcelanosa recorre paredes y suelos. Nuestra lectora confiesa su propósito de instalar tarima con el fin de darle más calidez al espacio.
Sobre la cama de la habitación de invitados reposan cuatro pares de cojines perfectamente coordinados. Como Marian es devota del blanco, pensó en darle un toque elegante con azul lavanda en las paredes y con gris, marrón y negro en los complementos decorativos. Los muebles y textiles son de Ikea, a excepción de la alfombra de pelo largo, que es de Leroy Merlin, y los peluches, que son regalos.