Lo primero que hizo fue pintar el techo y las puertas, eran de madera de pino, en color blanco. Según ella, sólo con eso la luz y el espacio se multiplicarón rápidamente. A partir de ese punto comenzó la compra de muebles y accesorios para la casa. Así queda puesto de manifiesto que cuándo contamos con espacios tan reducidos como treinta metros cuadrados y con un techo desigual, debemos decantarnos por el blanco para unificar el piso.
Nada más entrar en la vivienda vemos que la puerta de entrada también conserva el color blanco para no desentonar con las paredes, a través del suelo en marrón se da calidez. Según nos cuenta la propietaria, la planta es rectángular lo que la ha permitido diferenciar el dormitorio, del salón y la cocina. Además se levanto un pequeño tabique en 'L' con parte de pavés para dejar circular la luz libremente.
En el salón se eleigiron con mucho cuidado los muebles, puesto que para una casa pequeña no vale cualquier medida y los muebles hechos a medida encarecen muchísimo el presupuesto. Según Mirasens44, "hemos tenido que hacer tetris con el mobiliario". El resultado es un salón acogedor y presidido por un sillón de rayas en blanco y azul marino.
A continuación del salón y separada por una mesa de IKEA nos encontramos con la cocina. Ella misma ha estado preguntando en el foro cómo mejorar esta parte de la casa, aunque el resultado está genial. También en blanco para no agobiar y con muebles altos que multipliquen el espacio de almacenamiento. La cocina está llena de detalles personales, al igual que el resto de la casa.
En el dormitorio se aprovecho la bajada del techo para crear un juego desigual entre las mesillas. Una de ellas es una cómoda de la serie Malm para poder guardar más ropa, aunque una de las paredes se ha convertido en un armario empotrado blanco. Por último, en el cuarto de baño se ha optado por un lavabo y mueble en verde que le dan mucha luz y alegria.