Elegantes y distinguidas, las piezas de cuero envejecido son un clásico que nunca pasa de moda. Desde los codiciados sofás, pasando por las butacas, sillas y otros accesorios y muebles auxiliares, hacerse con una pieza de cuero envejecido añade un plus a la decoración de nuestra casa.
Ideales para estilos de estética industrial, vintage y rústica, el cuero envejecido aporta calidez a cualquier lugar de la casa.
A la hora de hacernos con un mueble o complemento de cuero es importante decidir si lo queremos tratado o sin tratar. La principal diferencia es que en el primer caso la piel está recubierta por una capa de una resina especial que ha sido aplicada después del proceso de curtido. Es un cuero más brillante y resistente a las manchas que el cuero sin tratar. Este es el tipo más común de cuero tratado para muebles.
Por el contrario, el cuero sin tratar no tiene una capa protectora, se deja así para mantener la suavidad original así como la riqueza de color del cuero. Es más propenso a las manchas, la pérdida de color y más susceptible de posibles daños causados por la humedad.
Por lo tanto, dependiendo del uso que se le vaya a dar al mueble o la estancia de la casa donde se ubique, es importante tomar la decisión acertada.
Os dejo con una selección de piezas en cuero envejecido que son la envidia de cualquier amante de la decoración.
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