Para los pocos afortunados que puedan viajar hasta el sur de Francia estas vacaciones, les recomiendo esta casa decorada con un gusto exquisito, sin rayar la exageración ni el vintage más clásico.
Iniciar el día con las vistas que ofrece este emplazamiento es un lujo.
Un lugar privilegiado en una aldea de montaña con vistas al Mediterráneo, ideal para el cultivo de olivos, vides y flores, debía contar con un espacio interior acorde con su situación. La casa cuenta con una amplia sala de estar y una oficina de 65m2. La cocina, el espacio con más escanto vintage recuperado, es de 70 m2 con despensa, tres neveras y un congelador exento que hará las delicias de los más cocinillas.
Materiales naturales, mezcla de ambientes, piezas recuperadas que armonizan a la perfección con las más actuales. El uso de los colores neutros y suaves confieren un carácter de distendimiento y relax a los espacios. Techos altos en madera, recuperando el estilo de granja y rústico del lugar con las paredes en blanco encaladas ( típicas de los pueblos ) y suelos de hormigón in situ, que crean el ambiente perfecto. El efecto "brutalista" de la arquitectura es total, pero con toques de carácter nórdico que "relajan" y descongestionan los espacios.
El dormitorio es amplio, sin apenas separadores físicos ni visuales.
En el espacio exterior se crea una especia de "taller" para los placeres gastronómicos, donde se dan clases, cursos, catas para los que quieran apuntarse. Una especie de "invernadero" abierto a los jardines de su dueña Isabel, que permite conectar con la naturaleza y disfrutar de las fragancias y sabores de la huerta antes de los talleres.
Mix de estilo que se conjugan en este micro-espaccio singular, con la belleza de la prologación del interior al exterior y con la entrada de luz a través de sus paredes acristaladas.
Toda la finca está preparada para que los niños puedan disfrutar de la estancia en un entorno como éste. La "Granja" abre sus puertas para descubrir el jardín y sus animales para, más tarde y con el sonido de la campana, hacer correr a los pequeños hasta la mesa para comer.
Una decoración basada en los acabados y el gusto por el detalle, lleno de elementos decorativos, buscados con esmero del que suele carecer el estilo más minimal. Una adaptación en perfecta armonía de clásicos recuperados o copias del vintage industrial que se combinan con los materiales naturales y de campo, creando un estilo muy particular en un RÚSTICO MODERN VINTAGE.
Un rincón para perderse, un lugar para los placeres del descanso, la gastronomía y la naturaleza. Vivir unos días en una granja reconvertida en un multiespacio con una decoración vintage con reminiscencias de nórdico más puro.
Fotografías [] Living Agency
Más información [] Graine & Ficelle
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