Durante siglos, la madera ha sido el material elegido para la construcción de casas, la decoración de interiores y la fabricación de mobiliario. Se trata de un material duro, sólido y flexible que se obtiene de los troncos y las ramas de los árboles, y se encuentra en casi todo el mundo. Además, es fácil de trabajar y, con los cuidados adecuados, dura muchísimo. En todo el mundo, las casas y el mobiliario se han realizado con los materiales más disponibles, sobre todo con aquellos que se encontraban en el entorno.
Este material se divide en dos grupos principales: la madera dura, que es la que se obtiene de los árboles de hojas grandes, como el fresno, el haya, el roble, el olmo y el castaño, y la madera blanda, que se obtiene de las coníferas, como el cedro, el pino, el abeto y el tejo. Cada tipo de madera tiene unas propiedades únicas de estabilidad, durabilidad, color, textura, elasticidad y dureza, cualidades que son clave a la hora de determinar qué tipo de madera es el más apropiado para un propósito concreto.
Unidos a la naturaleza
Trabajar la madera fue una de las primeras habilidades desarrolladas por el hombre; las propiedades naturales de este material ofrecen una gran oportunidad para que el artesano demuestre su talento. La madera se puede trabajar con diferentes técnicas, tanto en la fabricación de muebles como en la decoración de interiores, entre ellas la pintura, el tallado y veteado, el barnizado, el dorado y el laqueado. La casa de campo -tanto si se trata de una casa rústica como de una elegante mansión- tiende a preferir, por su misma naturaleza, los tratamientos decorativos más sencillos.
En los interiores de las casas coloniales americanas, los paneles de la pared y los muebles se solían pintar en profundos tonos tierra -terracota, rojo ladrillo y verde musgo-, mientras que en las casas de estilo rural gustaviano de Escandinavia se utilizaban colores fríos del entorno, en especial diferentes tonos de blanco y crema, rosa pálido, gris claro y azul cielo. Tradicionalmente se pintaban los muebles y la carpintería estructural para aportar luz y color al interior de la casa, así como también para camuflar imperfecciones de la veta y disimular el aspecto de las maderas de calidad inferior. La madera pintada adquiere una pátina que confiere al interior de una vivienda campestre un punto de encanto excéntrico, a la vez que transmite una sensación de pasado rural.
Propiedades excelentes
Las cualidades excepcionales de la madera hacen que sea un material ideal para construir y amueblar una casa de estilo rural. Aunque también puede sufrir daños a causa de los insectos, es precisamente por su resistencia y su durabilidad por lo que se halla asociada con la tradición rural, tan ligada a la idea de estilo de vida del campo. Tanto si se utiliza en interiores como en exteriores, con el paso del tiempo adquiere pátina.
Con el uso constante -una mesa de pino rayada y con marcas que ha sido testigo de innumerables comidas familiares, un bonito aparador de roble, una mecedora de madera de olmo desgastada que se ha transmitido de padres a hijos, los pavimentos de roble ajados y sin adornos que han soportado el paso de incontables personas-, la madera rinde un cómodo homenaje al tiempo que acumula, absorbiendo y aceptando las imperfecciones que ha adquirido con el transcurso del mismo.
Muebles con historia
Los muebles de madera -camas, mesas, sillas, armarios- resultan especialmente compatibles con los interiores de las casas rurales, pues subrayan la acogedora sensación de calidez y confort que constituyen la esencia del estilo de vida rural. El carácter de una casa de campo tiende a evolucionar con el tiempo, y los muebles acumulados -que o bien se han transmitido de generación en generación o se han ido adquiriendo al azar- muchas veces abarcan siglos y pertenecen a una gran cantidad de estilos históricos.
Aunque los más sencillos tradicionalmente se suelen asociar con el sentimiento bucólico y sencillo del campo -el aparador de roble de la cocina, la silla de asiento desgastado fabricada por artesanos locales-, muchas de las piezas que decoran los interiores rurales son, en realidad, adaptaciones realizadas con maderas autóctonas de muebles que se encontraban en las viviendas urbanas más a la moda y que estaban realizados en maderas nobles.
Deliciosas imperfecciones
La atmósfera y el carácter sin pretensiones de una casa de verdadero estilo rural vienen determinados por el respeto a las tradicionales y la artesanía del pasado campestre, el gusto por lo decorativo y lo agradable a la vista, así como por las imperfecciones y los encantos inherentes a lo que es a la vez funcional y práctico. Durante siglos, el campo ha producido obras arquitectónicas y muebles de madera que, al madurar con el tiempo, han constituido un material muy adecuado con el que crear confort y un entorno acogedor.
Desde la Edad Media hasta la época isabelina, desde los siglos XVII y XVIII en adelante hasta el movimiento Art and Crafts y el siglo XXI, los colores profundos y las características vetas y formas, las propiedades prácticas y resistentes de la madera junto a su variedad y versatilidad, han definido a la estética de la casa de campo, que sigue cautivando y seduciendo.
Del libro 'Estilo rural', editado por Blume.