Este post son dos a la vez, pero eso os lo contaré más tarde… Hoy os hablo de tierra, de ensuciarnos las manos, de crear para que nuestras casas se llenen de vida y luzcan “verdes”. Últimamente se lleva mucho eso de decorar con terrarios, estéticamente son preciosos y es algo que me apetece probar, la mayoría de las veces se hacen con plantas crasas, algo que a mí me viene muy bien porque son las que mejor se me dan (seguramente porque no necesitan casi cuidados).
Es buen momento para darle al tarro (a la cabeza me refiero), llegan los días de Navidad y esto significa 20 días de vacaciones infantiles, al final uno no sabe cómo entretener a sus hijos para que no se peguen a las tablets como si les fuera la vida en ello. Se me ocurre, que este es un gran DIY para pasar una tarde entretenida, si conseguimos que salga algo decente fenomenal, si no tampoco habremos invertido mucho, lo más caro es el recipiente pero con algo de imaginación podemos usar muchos elementos que ya tenemos en casa.
Ahora me toca contaros por qué digo que este post incluye dos. Quería hablar de verde (plantas), llevado a la decoración se me han ocurrido los terrarios, pero tenía un motivo más. Ayer mi marido volvió a actualizar el blog de nuestro huerto, el post me hizo tanta gracia que quería compartirlo con vosotros y ya de paso, veis cómo va creciendo. Aquí os dejo el link por si no lo recordáis: Diario de un Huertico. Espero que os echéis unas risas…
Imágenes vía Pinterest: Terrariums
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