Cuántos días sin aparecer por aquí! Y es que esta semana está siendo de locos. Mucho trabajo, la casa, niños y, además, estoy ayudando a una buena amiga a preparar la habitación que acogerá al bebé que está esperando.
Como suele pasar en estos casos, siempre lo dejamos todo para el último momento y ahora ya urge ponerse manos a la obra para que todo esté preparado cuando se produzca el feliz acontecimiento, que es ya mismo.
Así que sabedora de mi afición por todo lo relacionado con la decoración y mi experiencia personal como madre, mi amiga me pidió ayuda y yo estoy encantada de poder echarle una mano. Aprovechando que llevo días buscando un montón de cosas para organizar la habitación he recopilado mucho material e información de todo lo necesario e imprescindible y he pensado que sería una buena idea compartirlo con vosotros por si os es de ayuda.
La primera elección de todas debe ser qué habitación de la casa vamos a destinar al bebé. Está claro que hoy en día el espacio no abunda, pero es importante destinar una estancia donde entre abundante luz natural, sea silenciosa y, si es posible, esté cerca del cuarto de los padres. Es mucho más práctico tener al niño en una habitación junto a la vuestra cuando pasados unos meses desde su nacimiento lo paséis a su habitación.
Lo siguiente es decidir el color de la habitación. Lo ideal son los colores neutros, blancos, beige, verdes suaves, además de los tradicionales rosa y azul, que transmiten serenidad, y elegir siempre pinturas ecológicas lavables o bien papel pintado, también lavable. Hay una opción que me gusta especialmente para una habitación infantil, los zócalos de madera colocados hasta la mitad de la pared y en la parte superior papel pintado a pintura.
Acorde con el color y materiales que hayamos escogido para la pared elegiremos el mobiliario. La habitación del bebé debe estar lo más despejada posible para que sea cómodo y práctico moverse por ella. Más adelante, cuando el niño empiece a crecer podremos añadir las piezas necesarias.
Los imprescindibles son, además de la cuna y el capazo hasta los 4 o 5 meses aproximadamente, un mueble cambiador, un armario para guardar su ropa y si queréis, un sillón cómodo para arrullarlo antes de dormir o darle de comer. Es muy importante que todos los muebles cumplan con la normativa vigente para evitar accidentes.
Para vestir la cuna, cortinas y cualquier otro elemento que lleve tela, escoged siempre tejidos naturales, como el algodón y el lino, que pesen poco y abriguen al bebé pero sin proporcionarle demasiado calor.
No es aconsejable utilizar almohadas en niños menores de dos años y hay que evitar edredones con relleno de pluma, que pueden producir alergia.
Por último hay que elegir la luz. Lo recomendable es que haya siempre dos puntos de luz, uno en el techo y otro en la pared, que puede ubicarse sobre la cuna. Siempre utilizad bombillas que proporcionen una luz cálida y suave.
Con todo esto, ya lo tenemos todo preparado para la llegada del bebé.