Por fin llegó el verano, mi estación favorita. Los días son más largos, gente más animada, las terrazas están siempre llenas y se huele en el ambiente que las vacaciones están a la vuelta de la esquina. Aunque el calor excesivo no lo lleve bien del todo, en cuando pueda estar a remojo en piscina, pantano, mar, o cualquier sitio que contenga agua, seré feliz.
Aprovechando el cambio de estación, también quería darle un toque veraniego al blog, con una casa algo diferente a lo que suelo traer por aquí. ¿Y qué mejor ejemplo que la vivienda de una artista para poner ese toque de color? Se trata de la ilustradora Rachel Castle cuya obra desprende optimismo, tanto en sus cuadros, como en la ropa de cama, alfombras, toallas, bolsos, etc. Su marca es el paraíso para los amantes de los colores vibrantes y divertidos.
Por supuesto su casa es un fiel reflejo de su marca y como tal, encontramos muchos de sus productos u obras en ella. Un popurrí sin estilo definido, pero que, en su conjunto, podemos afirmar categóricamente que desprende buen rollo por doquier.
El espacio más espectacular sin duda es el comedor, junto a esa maravillosa estantería repleta de libros y la enorme isla de la cocina que se asoman, gracias al cerramiento acristalado, a un increíble patio con piscina. Quiero recalcar y recalco :-) que los libros no tienen por qué ponerse del revés para que se vean sólo las hojas y parezca todo más ordenado. No sé quién inventó esa tendencia, que quedará muy mona para Casa Decor, pero es ridículo para una casa, poco funcional y los libros son lo que son y, por lo tanto, están para que puedan ser leídos sus títulos y ver sus portadas, sean del color que sean ¿O creéis que esta librería queda mal con todos sus libros vistos y cada cuál de su color? a mí me chifla, así deberían ser todas.
En el comedor encontramos cojines de la marca Castle como veis, uno de cada color, la lampara es de Ferroluce. Los cojines combinan con los taburetes de la isla, de Mark Tuckey. Tras la mesa de comedor, una de las obras de Rachel, se llama Peace Bird, encajaba perfectamente en el espacio y a mi parecer su color oscuro, le da profundidad a esa pared.
Donde encontramos tumbado plácidamente al pequeño salchicha, es la habitación de los hijos adolescentes de Rachel, donde ven la televisión y juegan a la Play. En este caso la obra no es suya, es una lámina de The Standard Store.
El salón es toda una declaración de intenciones, no tengo claro quién tiene más protagonismo si los sofás rosas Togo de Domo, o las láminas de Vintage Posters Only. Se complementan con una bonita alfombra de la marca KosKela y una original mesa de centro de Mark Tuckey.
En el dormitorio de la niña, podemos ver un ejemplo de los dibujos de Rachel llevados a la ropa de cama, me encanta cómo lucen.
Aunque penséis que la parte anárquica de Rachel llevó a que todos estos espacios funcionaran así de bien por casualidad, la realidad es que no fue así, la mano de la diseñadora de interiores Tina De Salis, hizo su magia también.
¿Os atreveríais con una casa tan colorida o preferís los neutros para vivir? Siempre podéis echar un vistazo a su web, no hace falta comprar (entre otras cosas porque los precios no son muy económicos), pero inspiradora es un rato.
Fotografía: Annie Portelli para The Design Files