Todos los que os gusta el mundo de la decoración sabréis que son las damajuanas. Yo hasta hace poco conocía ese tipo de recipiente porque años atrás en todas las casas había alguno, pero no sabía que se denominaba así.
Aunque son garrafas de vidrio que iban recubiertas de mimbre, las más antiguas, o de plástico, las más “modernas”, en la actualidad y como objetos decorativos se usan sin dicho recubrimiento. Hay muchos tamaños; desde un volumen para una capacidad de dos litros hasta veinte o más.
¿Y cómo se me ha ocurrido escribir sobre ellas? pues porque este fin de semana, rebuscando en la casa familiar, encontré dos de ellas que, unidas a otras que ya tenía en casa, tengo un quinteto fantástico de distintos tamaños y que os presentaré a lo largo de esta entrada.
Aunque las damajuanas se adaptan a casi todos los estilos, encajan especialmente en ambientes rústicos, románticos, clásicos y como no, en aquellos de aire mediterráneo.
En la imagen superior podemos ver una damajuana transformada en lámpara de mesa. Es un uso bastante frecuente; utilizarlas como lámparas de pie o de techo.
Tanto en interiores: recibidores, salones o incluso cocinas, como en exteriores: porches, jardines o terrazas, podemos combinar varias de distintos colores y tamaños. Porque en cuanto a colores podemos encontrar vidrios cuyo color puede ir desde los tonos terracota y verdosos hasta los azulados.
Después de esta pequeña introducción nos centramos ya en el tema de esta entrada, cómo utilizarlas para decorar eventos y celebraciones, especialmente bodas de estilo rústico o vintage; quedan ideales.
Y por último os muestro nuestro quinteto
Vía, vía, vía, vía, vía, vía, vía, vía, vía
¡¡¡Feliz Fin de Semana!!!