Sentarse a comer en una mesa vestida con cuidado se agradece siempre.
Pequeños detalles como flores o velas en el centro pueden convertir
una sencilla mesa en espacio perfecto para compartir una agradable
velada, sea o no ocasión especial.
Los restaurantes se han dado cuenta de ello y cada vez cuidan más estos
pequeños detalles que nos hacen sentir como en casa.
Como las imágenes que hoy os muestro y que tomé en Finca Lucero,
un restaurante ítalo-argentino con una original arquitectura y una
cuidada decoración en blanco y gris.
Además del agradable servicio y la exquisita comida, el entorno y detalles
como los cubremanteles de lino gris o las fundas para cubiertos y servilleta
en arpillera estampada, resultan encantadores.
Un lugar en el que se respira calma, que invita a disfrutar la comida
y la buena compañía.
Un espacio que invita a volver y de eso se trata, ¿verdad?