¡Hola a todas!
Por fiiiin os traigo el DIY del que tanto os he hablado por Instagram: nuestro cabecero de madera rústico. Nos decidimos a hacerlo nosotros mismos, ya que nos costaba mucho encontrar exactamente lo que queríamos, y encargar hacerlo se nos iba de presupuesto. Que eso no quiere decir que lo considere caro (y más después de los dolores de cabeza de hacerlo) no, no, lo que nos pedían estaba más que justificado.
Pero como a nosotros ya nos gusta esto de liarnos y hacer cosas juntas, nos pusimos manos a la obra. Como siempre, saqué ideas de Pinterest y aunque a mi me hubiera gustado que las lamas hubieran sido más anchas, no hubo manera de encontrarlas o si no se nos disparaban los precios de los materiales. Voy a intentar resumir y explicar lo mejor posible cómo lo hemos hecho:
Materiales:
– Listones de madera de pino sin tratar. Los compramos en AKI, y pedimos ya allí que nos cortaran todas las piezas a medida. Las hicimos de 80cm de alto y tan anchas como nuestra cama 1.80. Además, también cogimos las laterales y la superior. También compramos unos listones más pequeños y cuadrado para unir todas las piezas. Si no me equivoco fueron en total unos 20 listones, y más los clavos nos costó todo 90€. A la hora de comprar los clavos fijaros en el tamaño, que se claven bien pero que no sean más gruesos que el grosor de los listones. Si no se os saldrán por el otro lado.
– De herramientas usamos: martillo, lijadora y taladro. Y el barniz transparente de Crea Decora y Recicla
¡Vamos allá!
Lo primero que hicimos fue tratar los listones, y que queríamos dar ese toque antiguo de la madera, como si llevara mucho tiempo en uso. Así que para ello usamos la misma técnica que con la estantería de la habitación de Valentina (podéis verlo aquí). Consiste en darle golpes y arrancar parte de la madera con el martillo y después lijarlo.
Nosotros lijamos todo el listón para darle un toque más redondeado y que de esta manera cuando los uniéramos todos no quedaran tan perfectos. Que quedaran agujeros entre medio…
Una vez tuvimos todas las piezas tratadas, las pusimos una al lado de la otra (del revés), es decir la parte que se vería del cabecero hacia abajo. Y las pusimos de modo que hicieran tope con el listón más largo que teníamos (esto es indiferente, podéis hacer tope con lo que queráis, incluso con la pared). De este modo nos asegurábamos de que no quedara un listón más arriba que el otro.
Después, sujetando por todos los costados, el amore puso de manera horizontal los listones pequeños que habíamos comprado para unir, e íbamos clavando poco a poco los tornillos para que se quedaran los listones fijos. Con la foto lo veréis más claro:
Pusimos dos tornillos por listón, para asegurarnos de que quedara bien bien fijado y no se movieran. Y una vez acabamos con la primera lámina superior, repetimos el mismo proceso con una segunda lámina en el centro del cabecero. De este modo nos quedaron todos los listones atornillados y sin tornillos a la vista. ( en una foto más abajo podéis ver como queda todo en un plano más grande. Perdonad la mal calidad de las fotos pero siempre hacíamos estas cosas por la noche y entre la poca luz, han quedado como han quedado!)
El siguiente paso fue poner los listones laterales. Como tampoco queríamos que se vieran los tornillos, el amore cogió trozos más pequeños de las laminas y los clavo justo en el extremo del cabecero (todo siempre se hace, desde la parte interior, es decir, la que no se ve).
De este modo, el trocito de madera nos sirve como guía para clavar los listones laterales y poder atornillarlos desde dentro sin que se vean los clavos por fuera. Evidentemente es mucho mas fácil hacerlo con los tornillos a la vista. Que tampoco me desagrada y más si pensáis pintar el cabecero después.
Una vez terminado, hacemos lo mismo con el otro lateral. Y ya sólo nos queda poner el listón superior. Para ello no hizo falta añadir nada, porque usamos la primera lámina para unir los listones como base para atornillar los tornillos. Sólo teníamos que fijarnos en no salvar dos juntos si no que ir intercalando con los que ya habían.
En esta foto se ve súper claro todo el proceso: todos los listones y todas las láminas que hemos usado para clavar por dentro e unir todas las piezas.
¡Y listo! ¡Ya tenemos nuestro cabecero! Ahora sólo hay que limpiarlo bien, sacar todos los restos de madera y serrín que hayan quedado con un paño húmedo. Y dar dos capas de barniz. Como nosotros no queríamos cambiar de color, usamos uno transparente de Autentico Chalk Paint (os he dejado el link arriba con los materiales)
Las capas nos sirven para proteger la madera sin modificar su color y para mantener al máximo todas sus propiedades. Nuestra intención era conseguir un cabecero lo más parecido a la madera del espejo y la verdad es que lo hemos conseguido bastante. ¿Queréis verlo?
¡Estoy súper contenta con el resultado! Ahora sólo falta que me lleguen las láminas que he pedido para seguir con el toque boho de la habitación, y en cuanto lo tenga todo prometo un súper post con todos los rincones de nuestro dormitorio. ¿Qué os ha parecido? ¿Os animáis a crear vuestro propio cabecero?