Hace ya tiempo hicimos un encargo precioso que olvidamos colgar aquí y hoy, poniendo orden a las fotografías, han aparecido estas y hemos caído en la cuenta... Así que, aunque un poco tarde, te enseñamos cómo transformamos esta banqueta y la retapizamos conservando el tapizado tradicional (es decir, más laborioso, pero más auténtico). Empezamos:
Como ves, a pesar de ser una pieza muy antigua, su estado era bueno: no tenía carcoma, la madera presentaba el barniz en mal estado y algunos arañazos, el relleno del tapizado se había hundido con los años y no era cómoda para sentarse. Y lo peor de todo, es que no encajaba con la decoración actual. Lo que hicimos fue escoger la tela, que fue un flechazo de su propietaria, y decidir los acabados en base a ella y a la decoración de la habitación. Uno de los mayores trabajos, e imprescindible por otro lado, fue documentar detalle a detalle cómo había sido tapizada, para poder repetirlo después, por eso fotografiamos cada paso que hacíamos a medida que desmontábamos el tapizado y preparábamos la pieza para repararla y pintarla:
Una vez desmontada y limpia, tapamos las grietas y arañazos con masilla, lijamos suavemente, aplicamos imprimación y le dimos dos capas de pintura acrílica al agua en color blanco:
El siguiente paso es colocar las cinchas nuevas (ya que las de esparto estaban deshechas). Gracias a las fotografías, sabíamos cuántas colocar y por dónde empezar. Hay que distribuirlas homogéneamente y conseguir que queden bien sujetas con un dobladillo y doble sujeción con grapas. La segunda cosa más importante es que queden bien tirantes, por eso es importante hacerlo entre dos o con ayuda de una herramienta:
El siguiente paso es colocar los muelles. En nuestro caso estaban en perfecto estado y, como siempre recomendamos, si el original está bien, reutilízalo mejor que comprar uno nuevo, ya que las calidades son muy diferentes. Primero los distribuimos homogéneamente, después los cosemos para fijarlos sobre las cinchas y por último, los fijamos con cuerda para que se mantengan rectos al sentarnos sobre ellos:
Cubrimos los muelles con tela fina para poder hacer el siguiente paso: colocar el crin. En nuestro caso, conservamos el antiguo, lo humedecimos con una solución de agua y jabón para limpiarlo de polvo y que fuera más manejable. El margen lo hicimos con ayuda de una cuerda sobre la que fuimos enrollando el crin, de manera que quedaba más duro que en el centro. Aunque al principio da un poco de miedo, vas colocando el crin ordenadamente y peinando con los dedos. El efecto final parece despeinado y muy inflado, pero en el siguiente paso todo parece tener sentido:
El siguiente paso es cubrir esta maraña de crin con una tela fina, lo que va a hacer es poner orden y dar forma, de manera que vas a ver recompensado tu esfuerzo de ir colocando el crin homogéneamente y con más densidad en el centro. Después colocamos una capa de esponja muy fina, para conseguir un acabado más suave y redondeado. Tapizamos, como te hemos enseñado en diversos DIY, y para rematar el trabajo, cubrimos la base con una tela fina.
Y este es el resultado:
Fotos by Antic&Chic
Si quieres ver con todo detalle esta banqueta y leer su historia, pásate por su ficha aquí. Esperamos que este tutorial te ayude en tus proyectos, aunque si buscas una pieza como esta pero no te atreves a hacerlo tú mismo, puedes pedirnos que lo hagamos nosotros. Feliz fin de semana!