Esta semana mi inspiración esta calro que ha sido México, empezando por el guacamole, siguiendo con la película "Como agua para chocolate" y sus codornices con rosas y las margaritas, y no podía terminar de una manera más adecuada a estas fechas, que decorando una calvera de azúcar mexicana, realmente ésta no es para comer sino una versión decorativa de las mismas y que están tan de moda en ilustraciones, tatuajes, estampados y hasta en joyería.
Cuando estuve en México hubo una cosa que me sorprendió profundamente y fué su forma de convivir con la muerte con una naturalidad asombrosa: allí los cementerios son preciosos y hasta hacen pic-nics el Día de los Muertos sobre la tumba de sus seres fallecidos. El tener una profunda fe en el más allá hace que la muerte no sea más que un tránsito, una fase más de la vida y la certeza del reencuentro con nuestros seres queridos hace más llevadero el duelo.
Uno de los elementos más originales y sorprendentes de la celebración de este día son las calaveras de azúcar unos dulces decorados con muchos colores que llevan escrito el nombre del difunto y que su familia se come para recordarle. Estas calveras se han convertido en un elemento decorativo tradicional de éstas fechas en las que el Día de los Muertos, Halloween y nuestro Día de Todos los Santos se mezclan en un poupurrí, en el que no deberíamos olvidar a los que ya no están entre nosotros.
Bueno, el caso es que me encantan y me moría de ganas de hacer una para decorar mi "txoko" de trabajo. Es más fácil de lo que parece aparentemente, así que os dejo un paso a paso pra que veáis como hacerlo.
COMO DECORAR UNA CALAVERA MEJICANA
Materiales
Una calavera de poliespán (de venta en los chinos, tiendas de disfraces, hiper...)
Pinturas acrílicas
Rotulador permanente negro
Lápiz y pinceles
Realización
Pintar la calavera entera de blanco y dejar secar. Un truco: para no tener que esperar mucho a que esté seca yo uso un secador de pelo así agilizo el trabajo; esto es aplicable a cualquier manualidad.
Con un lápiz marcar los dibujos más complicados como la rosa o el corazón de la nariz.
Colorear lo más grande primero y luego ir añadiendo detallitos para cubrir las zonas pequeñas: florecitas, hojas, puntitos.
Bordear los dibujos con un rotulado negro permanente, marcar los dientes y luego empezar a pintar las ramas y volutas, a nuestro aire.
Lo más importante es pintar sin miedo y cuanto más recargada, mejor queda.
Creo que éste va a ser mi próximo disfraz de carnavales...
Besos
P.D: Si me lee algún mexicano y he metido la pata en algo de lo que cuento, por favor que me lo diga.