El antes y el después de este recibidor es espectacular. Con unos pequeños cambios ha pasado de ser oscuro y de poco atractivo, a resultar mucho más amplio, luminoso y moderno. Para ello se sustituyó el suelo por uno de baldosas rústicas de color claro, se pintó el panel de madera en color blanco y se reemplazó el pesado armario de pino por uno más ligero de Ikea con frentes de cristal. Se añadieron algunos complementos como el perchero y la maleta para guardar zapatos de fuera de temporada. Todo un logro para un recibidor convertido en un encantador espacio nórdico con detalles que enamoran.
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Fuente: Barbros lille atelier