Pues aquí estoy de nuevo con el tema, que tenía aparcado, porque las musas decidieron abandonarme... y porque no quería hacerme responsable de lo que pudiera pasar.
Recordarles yo quería (querido Obi - Wan), que el tema se enfoca desde el punto decorativo, por ello esto es un blog sobre el tema, no va de posturitas, si no de lo que lo "estimula, facilita y no coarta".
Partiendo del hecho de que se está en una relación que ya está establecida en cierta rutina, si acaban de empezar, o son muy apasionados, ya tienen motivación suficiente y les dará igual el donde y el cómo...
Y perdónenme si me dirijo, hablo y pienso, desde el punto de vista de la mujer, que es lo que soy, por lo tanto desde mi experiencia y conocimientos (que son limitados).
¿Qué tenemos que tener en cuenta? Me parece que voy a seguir un guión...
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Estimulación. El ambiente es lo que puede ayudarnos a "despertar el apetito". Para algunos que sea romántico, para otros que sea sofisticado y glamouroso, para otros que sea salvaje... Lo importante es, que sobre todo, haya un ambiente bien definido con nuestra personalidad, que nos ayude a sentirnos cómodos, y que, por supuesto, no espante a nuestro partenaire.
El salón ha de tener una temperatura adecuada, que no nos quedemos como témpanos de hielo, o que nos asemos cual pollos en una barbacoa.
La intimidad es muy importante, si pensamos que alguien puede oírnos, o vernos, o pillarnos, no nos facilitará mucho las cosas, a no ser que eso sea precisamente lo que nos pone.
Que todo esté ordenado. Probablemente a ellos les de bastante igual (no se piquen), pero si un ama de casa, o trabajadora, tiene que recoger juguetes, cojines y demás trastos, seguramente que eso la pondrá bastante nerviosa como para que se distraiga pensando en lo que todavía tiene que hacer. La hace sentir culpable por "perder el tiempo", cuando hay cosas que ella percibe como obligaciones, o siente como prioritarias.
La higiene... obviamente que esté limpio también entra en el mismo saco, pero es importante que se sienta segura, tanto de que no se va a manchar el sofá, la alfombra, etc. como que no tenga miedo a coger una infección. Hay que borrar cualquier posible excusa o distracción del mapa.
La música. No a toda caña, si no de fondo, que nos permita conversar íntimamente, cuya sonido no nos distraiga y cuyo ritmo nos acompañe.
El olor. A mi parecer es lo más estimulante que hay. La mayoría de las veces simplemente no hay un olor intenso, o penetrante, en los salones (gracias a Dios), pero habría que evitar, que huela a humedad, a polvo, o a comidas de la jornada anterior, que pueden "ofender" a nuestra nariz. Por el contrario, es muy positivo que exista un aroma especial que lo inunde todo, puedes ayudarte por barritas de incienso, por ambientadores de todo tipo, o simplemente por tu perfume habitual, o las plantas en flor. A mi personalmente me parecen muy sensuales las fragancias del azahar, la madreselva, el estefanotis, el galán de noche, y el falso jazmín.
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Lo fácil, lo cómodo. Superficies mullidas, cómodas, cálidas... sofás, cojines, alfombras, mantas... Se tiran en un momento al suelo, delante de la chimenea en invierno y es muy invitador (¡ojo!, que acabo de mirar si existe esta palabra, y sí).
Mesillas auxiliares de apoyo, que sean sólidas. Sillas cómodas y robustas, o sillones amplios. Repisas bien ancladas... hay que asegurarse que si nos apoyamos, o agarramos, a cualquier de estos sitios, no no vayamos a abrir la cabeza... aunque seguramente algunas risas sí que nos echemos. Y eso también es positivo.
También es útil que tengamos un sitio donde tener a mano las cosas que nos vayan a hacer falta, sin tener que irnos a la conchinchina, que eso corta el rollo.
Y la iluminación también contribuye, y mucho, a que sea más fácil iniciar la aventura. Si esta es demasiado intensa, o fría, no crea el ambiente adecuado para ello, si nos hace sentir como que deberíamos confesar algo, vamos por mal camino. Tiene que ser acogedora, cálida, que invite a la intimidad, al relax. Para los románticos velas, para los retros lámparas de lava... Siempre indirecta, de las que se utilizan para crear ambientes, puntos de interés. Así de paso, también resultaremos más atractivos...
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Lo que nooor. Ni la tele, ni el desorden, ni la suciedad, ni la horterez extrema, ni que parezca que me estoy mudando (porque estén todos los muebles apiñados, o colocados de manera provisional, o que parezca que faltan muebles), ni las fotos de familiares, ni las imágenes religiosas, ni la falta de cortinas (por la intimidad), ni la luz intensa, ni los malos olores, ni lo peligroso. ¿Se me queda algo?
Lo peligroso podría ser, un canto cortante de un mueble, una esquina de mesilla, un clavo mal puesto, alguna figura pesada, el cristal... en realidad estamos rodeados por cosas potencialmente peligrosas, y que normalmente sólo apreciamos cuando tenemos hijos. Así que lo ideal sería alejarse de esos objetos, o apartarlos del camino, de momento, luego volverán a su sitio.
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Una vez que se tienen en cuenta estas cosas, estaremos preparados... ¡para dormir! Es que lo hemos puesto todo tan cómodo, cálido y acogedor que probablemente nos dejemos llevar por el arrullo del mullido sofá. ¡Je, je!
Por supuesto que existen en el mercado muebles especiales, que nos ayudan a conseguir posturas casi imposibles, o que nos sirven para jugar, pero hablaremos de eso otro día.
A mi me parece bastante obvio, de sentido común, todas estas cosas, otros considerarán que son manías, y algunos (que son para los que escribo esto) quizás no se habían dado cuenta.
Bueno, y ya sabéis, si necesitáis algún consejito... aquí estoy para serviros.
Feliz fin de semana, hasta el sábado y ¡a disfrutar!
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