La casa tiene muchas piezas a las que le tienen especial cariño, como por ejemplo, la mesa de centro del salón. La hicieron ellos mismos con dos palés cuando se fueron a vivir juntos por primera vez. Nos cuentan que desde entonces les ha acompañado siempre y le han sacado muchísimo partido por su comodidad y funcionalidad.
También les gusta adquirir piezas de diseño original, las cuales han ido comprado poco a poco. Entre ellas, dos lámparas del salón: el aplique Jieldé de pared y la lámpara Cestita de sobremesa diseñada por el maestro Miguel Milá). También les gusta mucho la alfombra Beni Ouarian, la cual compraron en una tienda de Madrid especialidad en decoración de Marruecos.
Beatriz afirma que como elemento decorativo, se queda con las dos maletas vintage que tienen en la estantería metálica del salón, ya que eran de su bisabuela y les tiene mucho cariño, además de ser preciosas.
Me ha llamado también la atención la cómoda del dormitorio, una sencilla cómoda de Ikea a la cual le han dado un toque personal ellos mismos. Le hicieron un sobre con tablas de madera, pintaron y decaparon el cuerpo de la pieza entero y cambiaron los tiradores. Con todo ello le dieron un aspecto más añejo del que tenía la cómoda original.
En resumen, una vivienda con una decoración ecléctica y con muchos detalles que la hacen personal y única. Beatriz nos hacía el siguiente comentario, algo que comparto totalmente con ella: “la decoración en general la entendemos como una forma propia de expresión, como una forma de vida. Y que en todo momento buscamos que nuestra casa y su decoración se adapte a nuestra vida. La nuestra y la de nuestro gatito. Intentamos vivirla y que ésta vaya cambiando a la vez que lo hacemos nosotros y nuestra familia. Las casas deben ser y hablar de quienes las habitan. Ser personales y únicas” Y ahora os dejo con el resto de fotografías. ¡A disfrutar!
¿Qué os ha parecido la casita de Beatriz, Javier y Haskell? ¿Con qué os quedaríais de ella?
¡Feliz fin de semana amigos!