En la zona del salón destaca el sofá chéster capitoné en tono mostaza, junto a elementos de corte clásico y piezas de rabiosa actualidad. Un estilo claramente ecléctico para un ambiente acogedor y singular.
El salón principal se ha ampliado gracias a la desaparición de ciertos tabiques para ofrecer un espacio más diáfano, respetando la singularidad y originalidad de las molduras. Cada una de las lámparas de cristal y lágrimas, tanto en su versión de techo como en aplique, embellecen las estancia y contrastan con la aparente sencillez de la lámpara Arco, una creación de 1962 del diseñador Achille Castiglione.
Sobre una de las dos chimeneas que presiden el salón, reposa el maravilloso lienzo que influye en los tonos elegidos para decorar toda la casa.
Sorprendente el juego de texturas y acabados del rincón más ecléctico del salón; la pared principal pintada en un gris más claro, la chimenea de estilo clásico en la pared de ladrillo visto de color blanco junto a la zona de barra art noveau enmarcada por un revestimiento metalizado. Elegancia y personalidad en estado puro!
La aparente “oscuridad” de la zona noble de la vivienda termina en el primer tramo de escaleras, a través de las cuales se accede a la planta de los dormitorios. El pavimento hidráulico recuperado en dibujos geométricos gris y mostaza y la barandilla artesonada lacada en gris marengo, casi negro, nos despiden de forma sobria y exquisita para acercarnos a un espacio donde el blanco cobra especial protagonismo.
En la zona de descanso y el baño principal descubrimos una gama de grises pálidos en perfecta armonía con el blanco más impoluto. La bañera de hierro forjado con patas preside el singular baño, junto a una de las piezas más emblemáticas del diseño contemporáneo, la Silla Barcelona de Mies Van Der Rohe, creada por el genial arquitecto en 1929 para la Exposición Universal de Barcelona.
El dormitorio principal destaca por la luminosidad lograda gracias a los ventanales y a los colores elegidos para favorecer el descanso. Destacamos la fabulosa cama, cuyo cabecero, maravillosamente tallado, reposa sobre la pared revestida por un papel con matices actuales por su textura de evidente inspiración clásica.