Ya os había enseñado como estaba el comedor al principio. Después cambié alguna cosa y quedó así:
Con este negro-marrón no quedaba mal pero a mí me gusta el colorido y el estilo de mi salón (que ya os enseñé aquí, aquí y aquí) es más desenfadado. Me gusta darle un toque personal a mis muebles, así que me atreví con la pintura y arriesgué con los colores. Me encanta la tendencia de los juegos de comedor desiguales, pero como ya tenía las sillas idénticas, las pinté todas de forma diferente: una gris más oscuro, otra mostaza y otras dos gris claro, pero una de ellas con los “calcetines” oscuros.
Utilizando una brocha conseguí un efecto parecido al decapado, siguiendo así la estética algo envejecida de muchos elementos de mi casa.
Unos adornos para el centro de mesa, uno de mis lienzos favoritos de Vincent van Gogh, un camino de mesa, un espejo antiguo y alguna planta hacen el resto… de forma sencilla y económica cambié mi comedor por completo!
¿Os gusta cómo ha quedado?
¿Preferís el antes o el después?
¿También os gusta cambiar muebles de casa con pintura?
Este artículo es original del blog Decorar Mi Casa