Arrancamos la semana con resaca de ferias, nervios de boda y ganas de viaje. Una semana, de la vorajine, de caos mental y de ganas de poner orden la lista interminable de cosas por hacer. Detalles, búsqueda de elementos y también… materiales e ideas para los trabajos y proyectos que hay sobre la mesa. Y es por eso, que cuando me pierdo en la búsqueda de inspiración y me topo con un espacio así, no pierdo la ocasión para confesarme una enamorada de las paredes de ladrillo, y de esos espacios que destilan historia y textura.
Un tópico urbano, propiamente sacado de los loft newyorkinos, o de esas series de los 80 que nos hacia soñar con casas en garajes industriales, hoy en día es un material que (si es por suerte al natural) o con un efecto o material sintético, podemos aportar esa luz y ese contraste diferente.
Y es que este fabuloso interior familiar y renovado en instalaciones de uso industrial, hoy se muestra como un lugar amplio, luminoso y lleno de estilo en el que no falta ni el mas mínimo detalle.
Desventajas que se vuelven tópicos decorativos, o problemas a los que buscan solución e integran como parte de la arquitectura. Así es como crean personalidad y diferencia donde el transito de suelos, o el cambio de materiales, hace que podamos admirar como un único espacio, elementos conjugados con los que perder el sentido.
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