Aunque tiene un toque rústico y un tanto desaliñado, los ambientes Farmhouse transmiten a las casas de campo mucha tranquilidad y un ambiente muy acogedor: “calorcito de hogar”. Por eso hace tan especiales las casas.
Cuando veas estas fotos y notarás lo que te digo…
Madera, madera ¡y más mucha!: es el material por excelencia en estilo. Normalmente, la vamos a ver en los techos, en el revestimiento de las paredes y en los muebles. Las paredes las solemos encontrar en color blanco o con un acabado envejecido. También son habituales el ladrillo o metal, ya que quedan genial con la madera.
Predominio de colores claros: en este estilo abundan los tonos luminosos. Por ejemplo, blanco, beige, gris claro o vainilla. Si quieres crear un ambiente más romántico, te animo a contrastar esos colores con tonos pasteles. También con turquesa, lila o amarillo podría funcionar.
Muebles rústicos y duraderos: hablamos de diseños muy tradicionales, como una mecedora en el salón o una mesa maciza en el comedor. Los muebles deben ser grandes y robustos para dar esa sensación de “para toda la vida”. Y si se trata de piezas antiguas restauradas.
Estampados de cuadros o rallas: estos diseños son ideales para el interior de los espacios Farmhouse porque le dan un poco de diversión a la decoración sin romper con la estética soft. ¿Dónde usarlos? Cortinas, ropa de cama, manteles y cojines.