Lo ‘viejo’ con aire ‘nuevo’ es un valor en alza no sólo en los muebles, sino también en toda la vivienda. Elementos y estilos decorativos de otra época que, actualizados, llenan de presencia cualquier estancia, como ocurre en esta preciosa villa. Llena de muebles cargados de historia, con un diseño antiguo, pero que se adaptan al espacio. El salón de corte francés cuenta con sofás de estilo romántico, sillas y bancadas que encajan perfectamente en el estilo de vida clásico, con el blanco y el gris como protagonistas. Las antigüedades, los colores brillantes y el sofá rococó rematan el ambiente.
Cortinas de tejidos jacquard sustituyen a los pesados cortinajes de tiempos pasados. Toda la casa se baña por luz natural que se tamiza a través de ellos, llenando la casa de una iluminación especial en contraste con el color blanco. En la cocina se sitúa una chimenea de piedra arenisca original, la gran sensación de este magnífico espacio de hogar. Piezas de mercado de pulgas se distribuyen por cada rincón: jarrones y platos, aparador tallado, lámparas de araña, etc., un valor añadido a la decoración. El comedor conserva el original piso de terracota. El salón tiene el suelo de roble en espiga que mantiene la armonía estilística con el resto de la casa.
Un espacio muy amplio en la gama de neutros que hace más grande las estancias de altas ventana y techos de vigas hermoso y antiguo. Buen gusto por las piezas antiguas y pasión por el vintage francés, han hecho de esta villa un espacio para perderse ¿no creéis? ¡Feliz día!
Fotografía [] Frederic Ducout/ Living Inside
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