Hace unos años, muchos veían imposible poner este tipo de platos en sus mesas. Demasiado anticuado quizás…Sin embargo, la invasión del vintage y porqué no, del encanto francés, ha hecho que muchos restaurantes y cafeterías ya hayan sucumbido a sus encantos. Ofrecer el mismo producto utilizando una vajilla más especial, a veces puede cambiarlo todo.
Aquí en Francia, ir a mercadillos de antigüedades se ha convertido en todo un ritual para mí. En ellos encuentras verdaderas joyas olvidadas que piden a gritos otra oportunidad. Lo mejor de todo: encontrar platos distintos y mezclarlos en la misma mesa. Platos que se convierten en joyas porque son únicos y es difícil (muchas veces imposible) encontrar otro igual.
Al igual que nosotros, muchas personas se han unido a este deporte de “cazatesoros” y las colecciones de platos antiguos comienzan a ser algo más habitual que antes. Las comidas y cenas con amigos al aire libre, han hecho que este tipo de vajillas tomen un nuevo camino, mezclándose con objetos sencillos y muy relacionados con la naturaleza. ¿Quién dijo que las vajillas antiguas eran sólo para salones victorianos y meriendas de té y pastas?
Lo antiguo tiene un poder que engancha! Ya sabéis, rescatad esos platos olvidados en armarios, alacenas antiguas o cajas de mudanza y dadles otra oportunidad. Y si no, un paseo por alguna feria de antigüedades puede ser un plan perfecto para el fin de semana!. Y si queréis ver más sobre este tema, no dejéis de leer la sección El arte de la mesa en mi blog Un bon moment !
Bonne journée!!
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Cristina Alfaro es autora del blog Un bon moment. Es una apasionada de la decoración, la creatividad, la fotografía y el vintage.
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