Mañana julio.
El tiempo pasa muy rápido y casi no asumo que el verano está instalado, que medio país disfruta de vacaciones y que las actividades con los niños son dificilísimas de llevar a cabo si todavía no tienes las tuyas.
De momento te paso el imprimible del mes de ídem, te lo llevas a la sidebar de tu blog o lo guardas en el escritorio porque si algo hay fijo a principios de mes, es el calendario free printable de Mis Cosas Favoritas.
La ola de calor me saluda al otro lado de la ventana mientras le pongo ojitos al aparato del aire acondicionado. Le pondría ojitos a cualquier otra cosa, pero tengo la sensación de que me estoy quedando más sola que la blanca doble en esta ciudad imposible al verano.
Quien más y quien menos tiene un pueblo con sombra, con verbena de fiestas patronales y piscinas municipales de gorro-silicona obligado. Con vecinos que comparten veladas a la fresca con silla plegable de nylon mientras los niños forasteros trasnochan hasta las tantas encerrando luciérnagas en un bote vacío de mermelada.
Perpetua en julio como el cartel de las rebajas, trabajando de día, disfrutando de noches de pelis que quedaron pendientes el invierno más largo que alcanzo a recordar.
Vasito largo de granizado de limón y pies descalzos a mi aire. Si es que no se puede pedir más...