Industrial, brutalista, con maderas recicladas por doquier, mucha vegetación, muebles recuperados junto a otros de diseño, la paleta de color perfecta (blanco, negro, calidez en la madera y el punto verde de las plantas), texturas y personalidad a raudales.
La Instagramer de interiorismo Jellina Detmar y su marido se mudaron a esta casa hace tan sólo año y medio. Para dejarla tal y como está tuvieron que deshacerse de muchas capas que cubrían los elementos originales de la vivienda y que los antiguos inquilinos se habían empeñado en ocultar, como las preciosas vigas.
A pesar de que ninguno de ellos se dedica profesionalmente a la arquitectura, construcción, interiorismo, o nada que se le parezca, disfrutan haciéndolo en sus ratos libres, es más, esta casa es fruto de su esfuerzo, así que diría que se les da bastante bien y que el mérito es mayor si cabe. También son grandes manitas, ya que muchos de los muebles los han construido ellos mismos (como las robustas puertas negras de madera, entre otros), otras de las piezas están tuneadas (véase los increíbles aparadores del comedor) o los que han sido fruto de un acertado rastreo (me muero por la taquilla vintage del cuarto infantil). Como podéis intuir, también salta a la vista que son unos enamorados de las plantas.
Aunque no lo creáis la casa aún está por terminar, los dormitorios siguen en fase de desarrollo. A mí me parecen tan originales que los dejaría tal cual. Pero como en todo proceso de vivienda, las cosas de palacio van despacio, o así debería de ser (más aún cuando es uno mismo el que se las construye poco a poco, en base a sus necesidades y dependiendo del tiempo del que dispone).
¿Preparados para ver una joya?…
Imágenes vía
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