Después de ocho años viviendo en Londres, Bertrand y Alexandra se trasladan a vivir a Francia, a esta casa sencilla, entre el campo y la ciudad, con un sabor a costa en cada uno de sus detalles. Un porche de madera permite que, desde la calle, se acceda al jardín por un pequeño patio que rodea la edificación de la vivienda, antiguas caballerizas y taller. Un grupo de botellas que la abuela de Alexandra recopiló para ella de su jardín, enmarcan este espacio de entrada de luz que refleja el azul en las paredes.
Los anteriores propietarios ya habían hecho el trabajo duro de reforma ( aislamiento, calefacción y electricidad ) y se le había dado un lavado de cara a la casa al romper el falso techo y quitar el viejo papel pintado. El estado general es propicio para le entrada de los nuevos inquilinos que crean un mundo a su imagen ...
Interesados por el reciclaje de oficio, nunca se quedan sin inspiración, el sueño vintage en su versión más estival. Con apertura hacia el exterior, la pequeña cocina se integra en la zona de estar con un tabique que se abre en el centro uniendo y separando las dos piezas al mismo tiempo.
Los desayunos y los almuerzos sobre el mantel de colores vivos calienta los tonos de los muebles pequeños repintados. Una puerta de cristal da acceso a la terraza cubierta. De sala en sala, una paleta de colores pastel, azules favoreciendo negros, grises, metálicos y tonos tierra, acompañan a los muebles vintage de los años 50 que cuentan una historia palpable de tiempos pasados.
El entusiasmo creativo de la pareja hace que se recuperen los últimos vestigios de la casa, más allá de las vigas rústicas, las tejas viejas del tejado, los suelos de piedra y las paredes irregulares. Se ha conservado cuidadosamente todo el "jugo" y la esencia de la época de esta cottage de campo.
En la habitación de su hijo, Alexandra se recrea en la cubierta, con una sábana de lino blanco sobre las ballenas que se enganchan a las vigas, creando una escenificación típica de las acampadas al aire libre.
Piezas de encanto, aires mediterráneos y color de serenidad, confieren a esta vivienda las características y el sabor propio de las casas de verano junto al mar. ¿no crees?
Fotos [] Patrick Smith. - Art & Décoration
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