En decoración la paleta cromática lo dice todo, o casi. Marca ese antes y después tan anhelado para renovar y actualizar cualquier espacio. Interioristas, decoradores y profesionales del sector no pierden detalle de los colores que se vuelven tendencia. Nada como apostar por nuevas tonalidades para insuflar otro aire a los ambientes. Generar otras atmósferas. Tan sencillo como descubrir cuáles son y cómo podrían encajar en tu casa.
Aunque este año Pantone ha nominado Living Coral como el color para 2019, la paleta cromática que dará que hablar los siguientes meses es un capítulo aparte. Son tonos que han ido cobrando cada vez mayor relevancia, que no dejamos de contemplar en las revistas especializadas, en las redes sociales y en nuestras tiendas favoritas de grandes firmas. Por algo será.
La paleta cromática: más allá del rosa
Si hemos caído rendidos ante la seducción del rosa coral y sus connotaciones tropicales, muy bien. No hay nada que decir y seguramente la paleta cromática que viene para esta primavera y verano no nos importará demasiado. Pero tal vez no sea un color que vaya mucho con nosotros y por tanto no nos apetece nada renovar las paredes con su sello.
Aunque lo diga Pantone y tengamos en mente pintar la casa esta primavera. O a lo mejor sí hemos dado el salto, pero la idea es hacerlo con discreción. Incluir este coral en pequeñas dosis, en vez de lanzarnos a transformar superficies como el frente principal del dormitorio o los tabiques del recibidor de arriba abajo.
La verdad es que este tono pastel es bastante fácil de integrar en las estancias sin sorpresas desagradables, sobre todo en habitaciones con una decoración neutra. Podemos reservarlo para los motivos y dibujos de ciertos revestimientos, como por ejemplo los papeles pintados de diseño si nos hemos hecho adictos a ellos. También sobre alguna pequeña tapicería tendremos el éxito asegurado, como una banqueta o un puf. Y por supuesto en cualquier complemento textil.
Esos cojines tan resolutivos para dar un nuevo toque al sofá del salón, a nuestra butaca de lectura o a la cama, que nos encanta vestir con una composición de almohadones y cojines de diferentes formas. Ahora bien, además de este color hay otras opciones. Como la paleta cromática que viene pisando fuerte para esta primavera y verano: desde un burdeos súper chic a un gris humo con aires nórdicos.
Negro: un guiño cinematográfico
En la paleta cromática de la que hablo no necesariamente hay que descubrir tonos inimaginables. A veces son colores poco utilizados hasta hace nada pero que siempre han estado ahí. Y de repente se muestran como un valor seguro para provocar ese cambio tan espectacular. Justo lo que sucede con el negro. Aunque lo justo es decir que lleva unos años ocupando los primeros puestos del ranking, 2019 puede ser cuando se consolide en la decoración doméstica. Hemos visto la elegancia inconfundible que aporta en proyectos de interiorismo y ahora es la ocasión de hacerlo en nuestros ambientes.
La paleta cromática suma enteros con este color, infalible para rodearse de espacios diferentes y abiertos a propuestas estéticas nada tradicionales. Aún así, para no correr riesgos innecesarios, podemos introducirlo combinado con su color opuesto: el blanco atemporal. Otra opción es compensar su intensidad con muebles de maderas claras, o jugar solo con gamas suaves. También podemos lograr que pierda esa seriedad que le define mediante complementos y accesorios de fibras o materiales naturales, como revisteros para organizar las revistas y cestas. Es una apuesta magnífica para dar un guiño cinematográfico a nuestra decoración.
La clave pasa por no abusar de su presencia, y de ese modo no recargar ni reducir ópticamente las dimensiones de las habitaciones. Si nos convence, es muy probable que el siguiente paso será introducirlo en alguna pieza de mobiliario para casa. En mesas, aparadores o quizá equipar la cocina con muebles en negro. El broche de oro.
Arena y gris: los que nunca defraudan
Si nos apetece renovar el color de las paredes para crear un sello más ecléctico y natural, la paleta cromática también ofrece dos opciones que lo consiguen de forma brillante. Por un lado, el tono arena es un valor seguro para disfrutar de atmósferas sensuales y cálidas. Esas que todos queremos tener en nuestra viviendo o en el apartamento al que acabamos de mudarnos.
En suelos y paredes será capaz de crear un escenario lleno de armonía, al que es muy fácil incorporar tonos más oscuros, o estampados vegetales en murales o tapices. Es un aliado que va con todo, así que adelante con este arena inspirado en la piedra caliza. Y si queremos reforzar su ADN natural, acompáñalo de plantas, un jardín inteligente de interior y objetos de artesanía. No te defraudará.
A su lado, la paleta cromática trae otra propuesta infalible para provocar cambios de look que no dejan indiferente. Me refiero al gris en general y al tono humo en particular. Lo justo es decir que los entendidos en interiorismo y decoración llevan ya unos cuantos años hablando de sus numerosas posibilidades estéticas. La principal es su capacidad de adaptación a cualquier estilo, y de ahí su éxito. A medio camino entre el gris más puro y el azul, el resultado es un tono moderno, cien por cien ecléctico.
Combinado con maderas y carpinterías blancas se convierte en un color muy de hoy, estiloso y contemporáneo. Pero también los materiales industriales y la estética vintage le van de maravilla. Atrévete con él para renovar los dormitorios o una zona de trabajo.
Borgoña: seducción al poder
El último color de la paleta cromática está lleno de magnetismo y seducción. Nada como jugar con esta gama oscura del rojo, el vino, para garantizar a las estancias un aire exclusivo que enamora. Eso sí, siempre y cuando se haya buscado la superficie más idónea para exhibirlo. Quizá sobre techos y paredes adquiera un aspecto demasiado teatral no deseado. Por tanto, mejor reservarlo para puntos más delimitados, como puede ser la tapicería de los sofás o la alfombra a los pies de la cama del dormitorio.
Es un tono perfecto para ambientes donde predominan los muebles rectos, un tanto minimal, o de diseño, junto a materiales muy puros, como el hierro o el hormigón. Cuanto menos elementos hay a su alrededor, más se descubre su belleza y su lado más sexy.
¿Con cuál te quedas?
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