1 Confortabilidad. Probablemente vamos a pasar muchas horas en el sofá, por lo que es el factor clave. Así, dependerá de nuestros gustos personales, pues hay personas que los prefieren blandos y otros que se decantan por modelos más duros. Hoy en día podemos encontrar diferentes rellenos que aportan distintas sensaciones, y que tienen más o menos duración y precio: de pluma, de goma espuma, mezcla, con muelles, de viscoelástica...
2 Estilo. El diseño de nuestro sofá debe combinar con el resto del mobiliario y con la línea cromática que hemos elegido para el salón. Así, lo mejor es recurrir a los tonos neutros (crema, colores tierra, grises...) que combinan mucho mejor, así como los diseños sencillos, que son mucho más versátiles.
3 Tamaño. Este dependerá del número de personas que vivan en la casa y el uso que se le vaya a dar, y, por supuesto, del espacio disponible. En función de eso habrá que elegir si es preferible un modelo de una pieza, de dos, chaise longue... Eso sí, a la hora de coger las medidas es importante que contemos con dejar espacio a los lados.
4 Tapicería. Debemos tener en cuenta el diseño, los tonos, la calidad, la textura, el mantenimiento, la limpieza... Así, hay factores que influirán en lo anterior, como la presencia de mascotas, si somos frioleros o calurosos...
5 Presupuesto. Esto será fundamental, pero a veces debemos analizar si merece la pena hacer un esfuerzo extra y comprar un sofá de calidad, que nos durará mucho más tiempo.
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