Con la excepción que marcan los imponentes lofts, en los que dominan los espacios diáfanos y amplísimos, lo más habitual en nuestro país son las habitaciones delimitadas por tabiques. De esta manera lo más frecuente sea que nuestra cocina tenga sus cuatro paredes y goce de un espacio independiente del resto de la casa.
Sin embargo, en ocasiones se opta por diseñar una cocina abierta al salón, separada normalmente por una barra. La razón más común para decidirse por este tipo de cocinas suele ser la falta de espacio. Si tenemos un apartamento o un estudio en el que los metros cuadrados brillan por su ausencia, la cocina abierta al salón combate un poco este inconveniente, ya que nos ayuda a ganar espacio.
Más espacio en una cocina abierta al salón
Es en estos casos cuando saltan a la vista todas las ventajas de la cocina abierta al salón, que dota al espacio de otra dimensión. Simplemente con tirar un tabique, la casa ya parece distinta, más amplia y espaciosa. La cocina queda totalmente conectada con el espacio principal de la vivienda, para lo bueno y para lo malo, porque no todo son ventajas.
En cualquier caso, una cocina abierta al salón es una solución mucho más atractiva y moderna en lo que se refiere al diseño de la casa que una cocina independiente que apenas tenga espacio de uso.
Una forma de ganar luz natural
Lo más normal es que el salón (aunque estemos hablando de apartamentos reducidos) sea la estancia de la casa que disponga de más luz natural (por algo es el espacio principal, ¿no?). Las cocinas americanas se aprovechan de ello y ganan en iluminación natural, lo que viene a acentuar la sensación de amplitud: una cocina abierta al salón, aunque sea pequeña, siempre parecerá más grande y luminosa que si dispone de tabiques.
Ojo con los inconvenientes, que los hay
Podemos tratar de ponernos una venda en los ojos y argumentar que existe la opción de instalar una buena campana extractora, que las hay muy modernas y potentes. O podemos creer a pies juntillas que abriendo las ventanas se solucionará rápidamente el problema.
Sin embargo, lo cierto es que si cocinas en una cocina abierta al salón, los olores inundarán el espacio y ambientarán el salón quieras o no. Y no existe una forma eficaz de evitarlo, por muy moderna que sea tu campana extractora.
Por otro lado, también influye el tipo de ventilación que tengas en casa, si es cruzada o no; si tienes la posibilidad de generar corrientes de aire que solucionen el problema, etc. Lo único que está claro es que debes tener en cuenta este aspecto antes de decidirte a tirar los tabiques.
Un punto a favor para la comunicación
Así, cuando celebras en tu casa una cena con amigos puedes estar preparando los platos y demás mientras charlas con ellos, algo que puede estar muy bien.
Pero claro, esta mayor interacción entre la cocina y el espacio principal de la casa puede volverse también un problema, sobre todo cuando necesitas paz y tranquilidad y quieres un poco de intimidad. En esos casos, una cocina americana no permite la opción de cerrar la puerta y punto final.
Sea como sea, las personas somos muy distintas unas de otras y vivimos de formas muy diferentes. Por eso, si no sabes por qué tipo de cocina decidirte, valora las ventajas y los inconvenientes y trata de pensar en cuál es tu estilo de vida. Así podrás saber qué tipo de cocina es la que se adapta mejor a tus necesidades y acertarás. ¡Seguro!
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