Tengo que decir que en casa los que más disfrutamos de las tardes de dulces somos mi hijo y yo, además de ser unos golosos estamos orgullos de ello. En mi caso, tengo que comer cada poco rato algo dulce, mi cuerpo quema demasiada azucar y para que no derive en algún susto como ya me ha pasado anteriormente, pues me recreo comiendo galletas, un trocito de tarta o lo que haya tocado hacer durante la semana, eso si, tooodo casero.
Hoy os voy quiero dejar aquí la receta que hago siempre de galletas de mantequilla. Llevo años con ella, he probado otras pero ninguna ha tenido tanto éxito en casa. Es muy sencilla de preparar y resulta divertido eso de meter y sacar la bandeja del horno según se van poniendo doraditas. Quedan crujientes, con un sabor espectacular a mantequilla y aguantan perfectamente cinco o seis dias así, aunque os aseguro que caerán antes.
Comenzamos con la receta
Ingredientes para unas pastas:
- 250gr de mantequilla
- 250gr de azucar
- 375gr de harina
- 2-3 cucharadas de leche
- 100gr de azucar (para decorar)
*Se trocea la mantequilla en cuenco grande, se añade el azucar. Una vez que tenemos esto mezclado, se tamiza el harina y se amasa con el resto de ingredientes, añadiendo la leche y hasta conseguir un masa homogénea. Os adelanto que es un buen ejercicio para hacer brazos.
*Cuando tenemos la bola de pasta la dividimos en dos partes iguales y formamos con cada parte un cilindro de unos 4cm de diámetro. Ahora toca esperar, hay que envolver los cilindros en pape de aluminio o film y dejarlos reposar en la nevera mínimo 12 horas.
*Calentamos el horno a 180º y vamos a utilizar la bandeja. La cubrimos con papel para horno.
*Sacamos los cilindros del horno de uno en uno. Echamos en un plato el azucar que tenemos para la decoración y los pasamos rodándolos por ella hasta que se queden bien rebozados. Ahora cortamos lonchitas de 4 a 5mm y las vamos colocando en la bandeja que tenemos preparada. No las pongáis muy juntas porque en el horno crecen. Colocáis la bandeja a media altura y las dejáis entre 12 y 18 minutos hasta que estén doraditas. Cuando las saquéis del horno dejarlas enfriar un poco hasta que se pongan crujientes y después ya podéis pasarlas al recipiente donde las queráis guardar. Sólo queda repetir la operación hasta que se os acabe la masa.
Advierto, son hipercalóricas como os podéis imaginar pero están tan ricas que se os olvidará pronto. A ver quien se anima. Ya me contaréis.
Imágenes My Leitmotiv
? Feliz finde ?