Hoy nos vamos a las afueras de Mainz, en Alemania Occidental, para conocer el trabajo realizado por Lea Korzeczed y Matthias Hiller, responsables de Studio Oink, un laboratorio de interiorismo que nos ha conquistado con una equilibrada combinación de minimalismo, estilo y detalle.
El matrimonio ha sido el responsable de la transformación de un apartamento ya “desgastado y desordenado” a ojos de sus nuevos residentes.
Lo moderno y lo clásico se mezclan por toda la casa. Tanto el mobiliario como la decoración combinan muebles antiguos con piezas contemporáneas. Paredes, techos y puertas blancas otorgan la luz y la amplitud que faltan en algunas de las estancias.
Las cortinas son blancas y livianas, lo que otorga calidez sin recargar los espacios. Y no nos podemos olvidar de los suelos. El hall de entrada, la cocina y el cuarto de baño son de madera de espiga, muy diferente al blanco brillante de la zona de estar y el comedor.
Cada rincón de esta casa está cuidado al detalle. Si sus muebles nos parecen únicos, la forma de ubicarlos y darles protagonismo es sin duda uno de los puntos fuertes de la pareja de diseñadores. En la sala de estar consiguen que ninguno de los elementos pase desapercibido, otorgándoles su sitio y espacio perfectos.
Aunque si nos tenemos que quedar con algo -en realidad, nos gusta todo- nos apasionan las lámparas colgantes del comedor, un modelo de Sofie Refer, de vidrio soplado casi transparente, apta para cualquier espacio.
¡Ya nos diréis qué os parece!
Fuente: Remodelista