Pero empecemos por el principio: el orden. Ya te he contado en otras ocasiones como el orden en los espacios tiene muchos beneficios para tu bienestar general, más allá de la mera limpieza visual. Puede ayudarte a:
reducir el estrés diario que provocan las “tareas por hacer”, esas cosas fuera de su sitio que parecen llamarte cada vez que pasas delante de ellas;
concentrarte mejor en tus tareas, ya que al no haber desorden, no hay distracción;
mejorar tu productividad, consecuencia directa de lo anterior, cuanto más te concentras en tu tarea presente, más productiva eres al cabo del día;
aumentar la calidad de tu descanso, al no tener pensamientos recurrentes sobre esas tareas pendientes, es más fácil que el tiempo de descanso sea efectivamente de descanso;
Sin embargo, a pesar de conocer todos los beneficios de mantener el orden en casa, cuando no tienes un sistema claro de organización, recoger se convierte en un acto extraordinario al que sucumbes cuando ya no puedes más. Cuando esas “tareas por hacer” se repiten demasiado en tu cabeza o se acumulan de tal manera que solo queda ponerse manos a la obra. El problema de hacerlo así es que el día de recoger se convierte en un castigo sin fin. Y asociar recoger a castigo hará que retrases siempre ese momento.
Para evitar esto existe un punto intermedio, un paso previo al día de la “gran limpieza” que te permite poner orden de forma rápida y disfrutar de esa deseada paz que da el ver cada cosa en su lugar (o al menos, fuera de tu vista). Esta solución mágica para mi son los cestos. Una vez metidas las cosas en cestos, ya irás poco a poco ordenándolos por dentro. Pero de entrada, ya tu casa se verá de otra manera.
Los empecé a utilizar mucho cuando mis hijos eran pequeños. Necesitaba un sistema que me permitiera mantener sus juguetes ordenados y al tiempo fuera fácil de acceder y volver a guardar para ellos. Un cesto para muñecos, otro para piezas de lego, otro para coches además de ser cómodo para mi, era muy práctico para que ellos aprendieran a ordenar sus juguetes sin tener que dedicar mucho tiempo a esa maravillosa tarea de “recoger”. Ahora que son más mayores, muchas veces son ellos mismos los que me piden cestos para organizar sus juguetes!
Y la comodidad de su uso ha hecho que recurra a ellas para casi todo. En los baños para guardar cremas o maquillaje, en la cocina para la fruta o las verduras, en mi despacho para organizar hilos y cordeles ¡tengo cestos por toda la casa! Lo que más me gusta es la versatilidad que tienen. Cómo te decía, puedes darles mil usos, desde guardar tu ropa interior hasta usarlos como panera en la mesa, guardar botones allá donde pongas un cesto, tendrás ese espacio siempre ordenado.
Y como fan del orden en casa, los cestos y el ganchillo, he creado una pequeña colección en diferentes medidas y colores para que tu también puedas mantener el orden de forma sencilla y dar un toque especial a la decoración: Te presento los cestos Easy y cestos Duo.
Puedes utilizarlos sueltos, combinando colores o todos iguales. Además de tener varios tamaños, puedes elegir entre una gama de colores súper otoñales y al ser una pieza nueva en la tienda ¡ahora los tienes a precio reducido hasta el domingo!
Recuerda que cada cesto lo hago a mano y tengo pocas unidades en stock, así que, si no está disponible, puedes encargarlos y en pocos días los tendrás en tu casa
Un abrazo,
Sara