En todos los casos me entraba curiosidad por saber quién vivía allí. En algunos casos pude ver a los ocupantes de esas casas. Recuerdo por ejemplo, a un par de chicas que estaban tomando limonada en un banco frente a la ventana de su bajo, el exprimidor todavía estaba allí, junto a ellas en el mismo banco. Charlaban al sol.
Otra vez pude ver una sala de paredes blancas con una librería hasta el techo, repleta de libros. Me imaginé que allí vivía un chico solo.
En una de las casas bote se asomó a saludar una mujer de mediana edad, con el pelo cortado a lo garçon de color gris.Sonreía, relajada y acostumbrada al paso del barco de turistas diario.Su sala era blanca con algún toque de madera.
No tengo fotos de ninguna, pero recuerdo los detalles de cada uno de esos breves momentos, un asomarse a la vida de otro, por un instante.A lo que la ausencia de cortinas en casi todas las ventanas ayuda mucho.
Será por eso que siempre digo que es una pena que no tengamos una cámara en el dedo índice, levantar el dedo y abrir el objetivo, captando ese momento en una preciosa fotografía.
Con la idea de aprender a captar alguno de esos momentos cotidianos con un poco de gracia me he apuntado a un curso de Hello Creatividad, fotografía de la mano de Begoña del blog de Tea on the Moon. Os iré contando mis pequeños avances de este genial regalo de Reyes.Gracias N.
Fotos Fantastic Frank
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