Llevo mucho tiempo practicando meditación y practicándola de diversas
maneras.
Hace unos quince años sentí la necesidad de conectar más con mi interior.
Empecé a replantearme cómo estaba viviendo mi vida y comencé a cuestionar
mis prioridades porque sentía que la vida estaba pasando sin yo apenas
enterarme o, mejor dicho, sin gustarme como acontecía.
Me apunté a un taller de iniciación a la Meditación Vistassana en El
Observatorio, un magnífico espacio situado en un ático madrileño
con una luz y unas vibraciones que transmite calma y bienestar
en sí mismo.
Fue una experiencia realmente positiva con la que aprendí a poner en
práctica la máxima de la meditación: "Centrar mi atención sin esfuerzo
en lo que acontece aquí y ahora" Es decir, conseguir un estado de
conciencia plena o lo que ahora se conoce como Mindfulness.
Por aquellos tiempos también descubrí la filosofía de Osho, me hice con sus
libros y compré dos CDs de sus meditaciones activas, una de las cuales
(meditación Nadabrahma) practico a menudo porque con ella consigo un
estado realmente reconfortante y sanador.
Me di cuenta que por carácter me resultan más gratificantes y por lo tanto
efectivas las meditaciones activas, es decir, aquellas en las que no es
imprescindible estar con los ojos cerrados centrados en el no pensamiento.
Desde entonces he buscado nuevas formas de meditar porque la novedad
renueva las ganas de practicar y en meditación lo importante es la práctica
continua. Si no disponemos de una hora determinada para hacerlo, que sería
lo aconsejable, o de un entorno sin estímulos, estas otras formas de meditación
permiten dedicarnos un tiempo a centrar nuestra atención y buscar un estado
de conciencia plena.
Hace poco encontré este juego de cartas para practicar mindfulness. Se trata de
una baraja de 52 cartas con preciosas ilustraciones de Barbara Ann Kipfer en
el reverso y frases que invitan a la meditación en el anverso. Están distribuidas
temáticamente en cuatro categorías identificadas cada una por el diseño
específico de su cara posterior.
La caja está diseñada para convertirse en un atril en el poner la carta que se
esté utilizando.
Podemos elegir una carta al azar o bien dejar que el azar elija nuestra carta
barajando hasta que una de las cartas caiga de la baraja.
Yo suelo hacerlo de esta última forma porque el acto de barajar tranquilamente
me ayuda a centrarme en el momento. Me repito en voz baja la máxima de
meditación mientras barajo (centrar mi atención sin esfuerzo en lo que
acontece aquí y ahora) como si fuera un mantra.
Pondremos la carta elegida en el atril con el texto a la vista. Leeremos
el texto de la cita, la afirmación o las instrucciones del ejercicio. Lo haremos
lentamente y dejaremos que su significado profundice en nuestra mente.
El objetivo de esta baraja es ayudarnos a ver la perfección en cualquier
momento de nuestra vida, negativo o positivo. Porque, como decía Osho, "La
meditación es una rendición no una exigencia. No es lograr que la vida sea
como tú quieres, sino relajarte en la manera que la vida quiere que seas tú"
Para mí la meditación es una aceptación de lo que es, de aquello que no
podemos cambiar porque no depende de nosotros.
No aceptarlo aumenta nuestro sufrimiento y la sanación pasa por saber
aceptarlo de la mejor manera posible.
En palabras de Buda
SOLO HAY UN MOMENTO EN EL QUE ES ESENCIAL ESTAR DESPIERTO: AHORA