Cómo mencionábamos anteriormente, no todos los vinos tienen por qué decantarse. De esta manera, antes de utilizar el decantador debemos conocer bien el tipo de vino y sus cualidades, como el tiempo de maduración o el tipo de uva. En función de esto, el caldo se decantará de una manera u otra.
Decantación de vino: Vinos añejos
Comenzaremos por los vinos con cuerpo y fuerza. En este caso, deberemos trasvasar el vino al decantador lentamente, sin pausa pero sin prisas. De esta manera, mantendremos los sedimentos que se hayan producido en el interior de la botella y disfrutaremos plenamente de nuestra copa de vino.
Para no perder ninguna de las propiedades, la decantación de vinos más maduros hay que hacerla en el mismo momento que se vaya a consumir.
No obstante, en cualquiera de los dos casos se recomienda consumir la bebida en la misma comida o servicio. De lo contrario, podría echarse a perder y desperdiciar sus propiedades.
Decantación de vino: Vinos jóvenes
En el caso de los vinos jóvenes el proceso es mucho más fácil. Sólo hace falta descorchar la botella y verter su contenido en el decantador de vino. Simple, ¿verdad?
Con esto conseguiremos que se oxigene y evolucione, permitiendo acelerar la maduración y descubrir sus aromas y matices.
Respecto al momento, los vinos jóvenes deben decantarse con antelación. De una a tres horas previas para que el vino pueda alcanzar su máxima expresión.
Para no perder ninguna de las propiedades, la decantación de vinos más maduros hay que hacerla en el mismo momento que se vaya a consumir.
No obstante, en cualquiera de los dos casos se recomienda consumir la bebida en la misma comida o servicio. De lo contrario, podría echarse a perder y desperdiciar sus propiedades.
Como ves, además de ser un elegante objeto decorativo, el decantador cuenta con unas funciones específicas que te permitirán disfrutar aún más del vino.
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