Una vez retirado el polvo y suciedad acumulada por los años, pasamos a eliminar las capas de barniz que tenía la cómoda, decapando la pintura. Ésto es un proceso bastante rápido, pues una vez el decapante ha reposado, veremos que lijando la pintura vieja va saltando. Bien, una vez decapada la cómoda, pasamos a tratar el problema de los parásitos.
La cómoda presentaba claros signos de que había o había habido carcoma, pues el mueble estaba lleno de agujeros diminutos y algunos bichitos muertos. Así que aplicamos el producto específico para ello: lo aplicamos en 3 ocasiones, la última envolvimos el mueble y los cajones con plástico para que hiciese más efecto. Luego con una cera especial fuimos rellenando esos agujeros.
Y finalmente barnizamos nuestro mueble. Miré por Internet varias opciones de decoración. Vi cosas muy muy chulas en cuanto a color, pero con la decoración que tengo en el sitio donde la voy a poner no me encajaba. Y quizás es que en el fondo soy muy clásica… así que opté por el barniz, que es el mismo color que ya tenía la cómoda antes.
Le cambié los tiradores porque los antiguos estaban en mal estado. Elegí estos de Zara Home.
Modelo Pisa liso de Zara Home.
En la siguiente entrada os cuentaré cómo he forrado los cajones, y ya a os pondré fotos del resultado final. La verdad es que aunque el tema de la restauración es dinero y tiempo invertido, el resultado me está valiendo la pena, pues lo haces porque te gusta hacerlo y tener la cómoda de mi abuela en mi habitación me ha hecho mucha ilusión.
Y vosotros, ¿habéis restaurado algun mueble alguna vez?