Este estilo minimalista, que en su origen nació en Noruega, Suecia y Dinamarca, en los últimos años, se ha hecho muy popular en todo el mundo.
Su filosofía “menos es más” queda perfectamente definida ya que prioriza la decoración funcional al no sobrecargar el espacio con elementos decorativos que no tienen un valor práctico.
Algo que lo caracteriza es la madera, pero la madera en su estilo más minimalista. Aunque su característica más relevante es la obsesión por el orden, toda la casa debe girar en el concepto de orden y organización, es por eso que sus muebles y objetos son siempre versátiles.
Paredes y techos blancos, muebles minimalistas (sencillos, sin molduras, sin tiradores barrocos, ni muchos colores diferentes), la madera y las fibras naturales, y aportando toques de color con los textiles (sobretodo colores pastel).
Pero, sin duda, lo que más destaca en este estilo, es la luz (algo que los nórdicos no tienen muy a menudo y que realmente aprecian). Apuesta por sacar el máximo partido a la luz natural.
Estos salones definen este estilo perfectamente: bonitos, acogedores, hogareños y bonitos… y la verdad que dan ganas de poner este estilo en práctica ¿no?
¡Nos seguimos leyendo!