El Marsala es un color de saturación media, que presenta mezclas de blancos que suavizan la vivacidad de sus rojos. Precisamente, la alta presencia de rojos lo convierte en un color excepcionalmente cálido y es por ello que en su diversa gama de tonalidades, ha sido un color asociado a colecciones de invierno en moda.
Un color especialmente agradecido a los tejidos nobles, porque su tono intenso refleja los brillos y relieves en toda su intensidad. Los terciopelos, los damascos, las sedas y las lanas teñidas intensifican sus texturas con el color Marsala.
Su presencia imponente nos hace asociarlo con ambientes sobrios y clásicos, pero lo cierto es que cuando nos arriesgamos a combinarlo con otros colores, incluso con naranjas y amarillos, obtenemos aspectos más desenfadados y bohemios. Precisamente, al tratarse de un color de larga tradición, obtenido antiguamente de tintes naturales, lo hace especialmente amable a estancias de aspecto natural y orgánico.
El Marsala rompe absolutamente con la línea de colores suaves y apastelados que tan de moda habían estado los últimos años, y entra más en el juego de los tonos oscuros y con mucha presencia, más teatrales, que hemos visto predominar en los últimos meses. Ahora, tendremos que aprender a integrar esta línea de colores en una decoración menos sobria y más cercana!
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