Tengo una casa grande, pero ando de arreglos por aquí y por allá y la tengo echa una pena. Este fin de semana me apetecía tomar una copa al aire libre, ya que ha hecho una temperatura muy agradable (es decir, fresquito ... que yo vivo en Málaga y en verano hace calor) y he tenido que improvisar un nuevo espacio.
Pues sí, con unos cojines, un pallet y poco más, monté un chill out para dos de escándalo en el jardín, que cómo podréis apreciar (ejem, ejem) sigue salvaje ya que mi querido esposo no encuentra jamás tiempo para dedicarle (aunque, ahora que pienso, para los video juegos siempre encuentra un rato...¡fijate que curioso!).
En fin, que si mi marido se vuelve tonto con los video juegos de la segunda guerra mundial, yo confieso que soy muy borrachuza. ¿Veis?, cada uno tiene sus vicios.
Me encanta el vino, el cava y los gintonics , pero por aquello de no ponerme echa un tonel (que ya sabemos lo que engorda el alcohol) no bebo entre semana ... ahora bien, llega el viernes noche y me abro una buena botella de algo con una cena rica y como la pelicula de los 80, tambien digo ¡Por fin es viernes!.
Hace tiempo compre unas velitas de pila en el chino de mi barrio, en principio me parecieron una caca, pero cuando se hizo de noche dieron el pego perfectamente y ¡milagro! sin humo, sin ensuciar de cera y sin tener que reponerlas cada dos por tres porque las velitas de cera dichosas que siempre compraba no duraban más de media hora. Vaaaale, es una solución un poco cutre I know, but ...
Y lo bueno es que hoy es jueves y mañana ¡por fin, viernes!.
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