Elegimos una pintura Charme de Les Decoratives (rose des sables) para darle el efecto empolvado que queríamos.
Envejecimos ligeramente en algunas zonas con la ayuda de un lijado selectivo.
Un botecito de anticelulítico de Elancil (¡aquí no se tira nada!) al que le cortamos la boquilla enroscada, nos vino al pelo para nuestra idea. Disculpad su aspecto, pero ya lo estábamos usando para una planta, y la verdina nos ha sido imposible de eliminar...
Silicona caliente para adherir a la trasera de la horma, y...
¡Un bonito y original florero para cualquier rincón de la casa!
Os mostramos una foto de la parte posterior para que observéis qué bien ha quedado nuestro botecito reciclado en su nuevo habitáculo. ¿No creéis?
Pues con este frugal trabajo participamos de nuevo en la convocatoria de nuestra amiga Marcela, de Colorín Colorado, a la que últimamente teníamos abandonada por motivos meramente laborales. ¡No dejéis de echar un vistazo a las demás propuestas!
¡Feliz fin de semana a tod@s!