Fuente imágenes: AD Rusia
Sin duda que el mayor mérito de esta vivienda en Moscú es el haber sabido aprovechar sus 28m2. Una de las claves es haber tirado tabiques y que el espacio sea diáfano. Objetos y mobiliario de Ikea se combinan con piezas heredadas de los padres de Natalya, la propietaria, como las antiguas maletas y el teléfono colocados bajo el televisor. Otro detalle que me encanta es la pared de ladrillo visto, tanto donde está situada la cama, que hace las veces de sofá, como en el área de estudio, que resulta amplia y luminosa.
Por último, un aspecto a tener en cuenta es que se puede apostar por el color en espacios pequeños sin perder sensación de amplitud. Todo un acierto la elección del verde en la cocina, un color que me gusta muchísimo y que transmite serenidad y equilibrio.
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