Cometemos errores decorando que se repiten a lo largo de los años. Les pasó a nuestros abuelos, a nuestros padres y ahora a nosotr@s. Y gracias a las redes sociales se han agravado. Y de qué manera.
Dicen las estadísticas que pasamos más de 3 horas al día conectados a internet. Pocas me parecen. El caso es que este acceso a la información tiene muchas cosas buenas. Y alguna otra que no lo es tanto, decorativamente hablando.
Hace algunos meses hablaba ya de estos errores decorando de nueva generación. Hoy retomo el tema, con tres fallos. Clásicos renovados, podríamos decir.
Errores Decorando
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#1: Comprar muchos pocos.
Mis abuelos compraban montones de figuritas que convivían como podían con piezas más importantes. O con detalles que tenían algún valor real para ellos. En la época de mis padres, la cosa mejoró un poco. No se compraba a lo loco. Los cuadros, textiles y todo tipo de detalles se elegían con más cuidado. Y resulta que hoy en día, pasados los años, se vuelve a cometer el mismo error que en la época de mis abuelos: Comprar muchos pocos, sin orden ni concierto, en lugar de invertir en piezas que realmente nos llenen y con las que nos sintamos identificad@s.
Yo creo que tod@s sin excepción caemos en esto. Son muchas las tentaciones low cost que recibimos a través de las pantallas de nuestros ordenadores, tables o smartphones. El resultado de estas compras por impulso, sin embargo, no suele ser el mejor.
Solución: Es sencilla. Seguro que tienes en mente algo que perdura en el tiempo en tu lista de deseos y nunca encuentras el momento económico ideal para hacerte con ello. Antes de llevarte a casa ese detalle que de tanto verlo en las redes has decidido que necesitas, párate un minuto y piensa. Es muy bonito, pero ¿realmente me gusta? ¿Tengo un lugar adecuado para ello? ¿Cómo de feliz me hace? Tal vez, después de contestarte estas preguntas, decidas que no lo necesitas tanto como pensabas. Que lo que realmente llevas tiempo buscando es otra cosa, y que prefieres ir a por ella.
Este es también el fondo de lo que sucede en el segundo error:
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#2: Comprar todas las tendencias.
Lo ves muchas, pero que muchas veces. Todo el mundo lo tiene. Casi parece que sin ese objeto estás totalmente out. Pero luego viene otro. Y luego otro. Y tu casa termina pareciendo un escaparate de una tienda de decoración. Tod@s lo hemos visto en más de una ocasión.
Solución: Ojo, tampoco estoy diciendo lo contrario. Las tendencias elegidas acorde con tu personalidad y con el resto de tu espacio conseguirán mantener tu casa siempre actual. Porque tenemos claro, que no queremos una casa Cuéntame ni en este blog hablamos de estilos clásicos.
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El error más clásico. Llamémosle error nodriza o error de los errores por la cantidad de veces que se repite:
#3: El tamaño de las alfombras…
…especialmente en el salón. Su versión actualizada pasa por esa alfombra tan mona que ves a diario en las redes sociales pero que tiene una medida concreta. Concreta y pequeña para tu espacio.
Antes de hacerte con ella ten en cuenta una regla sencilla. La alfombra del salón o del comedor debiera ser lo suficientemente grande como para que al menos dos patas de las sillas o del sofá se sitúen sobre ella. Te compro que los tiempos van avanzando y que las reglas son para romperlas. Pero ten en cuenta que una alfombra excesivamente pequeña, por bonita que sea va a restar valor a tu decoración. Además, y peor aún, va a crear una barrera visual que hace perder esa sensación de casa acogedora que buscamos. Te diré más, si no encuentras una alfombra de un tamaño adecuado que realmente te guste, directamente no pongas ninguna alfombra.
Por ejemplo yo hace algún tiempo decidí que no quería alfombras en mi salón. Ahora he cambiado de opinión, me encantan las alfombras Beni Ouarain. Y tengo claro que es esa y no otra la que quiero para mi casa. En mi caso ahora mismo no es el momento de invertir en esa alfombra con el tamaño que necesito. Pero ya llegará. Y entretanto, realmente no necesito ninguna.
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Yo he caído más de una vez en alguno de estos errores al decorar, me he encaprichado de cosas que más tarde he tenido que aceptar que no encajaban con mi espacio ¿te ha pasado alguna vez a ti?
¿Seguiremos cayendo en ellos ;)?
¡Hasta el viernes!
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