Pero ¿cómo podemos convertir nuestra casa en un lugar seguro para ellos? ¡Hay muchas formas de conseguirlo! Vamos a empezar repasando los principales descuidos a los que nos enfrentamos sólo por hecho de que haya peques en casa:
Dentro de los despistes protagonizados por los peques de la casa están, sin duda, las caídas y los golpes, pero también las quemaduras, los cortes y ya a otro nivel de gravedad, las intoxicaciones y el riesgo que corren los niños de electrocutarse. Como veis, son muchos los factores a tener en cuenta si advertimos los riesgos a los que nos enfrentamos en casa, pero no hay que obsesionarse, con prevención y siguiendo estos consejos, estaremos haciendo mucho más de lo que creéis porque los niños estén sanos y salvos en su propio hogar.
¿Qué medidas preventivas son las más 'urgentes' o importantes a tener en cuenta desde ya? Os las resumimos de forma esquemática, ya que parece que expuestas en una 'lista' es mucho más fácil retenerlas:
Toma medidas, pero explicando Por qué.
- Esconde, en la medida de lo posible, el menaje que pueda resultar cortante o peligroso: cuchillos, navajas y otros elementos con picos o bordes altamente 'cortantes' para niños. No escatimes en explicaciones si tus hijos te preguntan por qué escondes o alejas ciertos utensilios. Aunque te parezca que son especialmente pequeños para entenderlas, estarás creando una base importante en ellos, ayudándoles a identificar el peligro.
- Si estás cocinando, no dejes que tus hijos se acerquen a ti, ya que el contacto con el fuego puede convertirse en una circunstancia trágica en apenas unos segundos. Los niños se sienten atraídos por todo lo que es nuevo para ellos, incluído algo tan peligroso como el fuego, por eso, estaremos eliminando cualquier riesgo si de entrada cerramos la puerta de la cocina y decimos algo así como: 'Papá/mamá va a cerrar la puerta porque aquí dentro hay 'pupa' ' (para niños muy pequeñitos) Si por el contrario tus hijos son más mayores bastará con explicarles los riesgos, como lo harías con un adulto, pero utilizando términos más básicos: 'Es mejor estar alejados del fuego, porque puede ser peligroso'.
- Cubre los enchufes y utiliza protege esquinas o bordes en todos los muebles con esquinas 'difíciles' que identifiques como peligrosas si tus hijos se golpean con ellas. De esta forma estarás haciendo de tus estancias, lugares altamente seguros para que los peques corran y juegan en libertad, pero con seguridad.
¿A que no es tan difícil?
- Si vives en una casa con escaleras, tipo chalet o adosado, no dudes en utilizar redes, puertas de seguridad así como otros elementos que consideres oportunos siempre pensando en el mismo fin: evitar caídas y golpes desafortunados.
- Aleja los productos tóxicos, especialmente aquellos que solemos tener en la cocina o el baño. Una buena idea es ocupar un altillo, escondite o rincón a una altura muy elevada a la que no puedan acceder y colocar allí todos los elementos tóxicos juntos. Tú podrás localizarlos sin problemas y estarás tranquila de que tus hijos ni sepan de su existencia.
-Mantente vigilante, pero sin sobreproteger: No te confundas. Ser prudente y adoptar una actitud preventiva con tus hijos no significa convertirte en una madre o padre con complejo de 'detective' y estar detrás de ellos cada paso que den.
Por último, déjanos darte un último consejo: aplica tu sentido común y la gran intuición que la Naturaleza regala a los padres. Nadie mejor que tú conoce las necesidades de tus hijos. El no obsesionarse y llevar una vida relajada pero a la vez, consciente y vigilante, serán tus mejores herramientas para hacer de tu hogar un lugar cómodo y seguro.
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¡Nos vemos en el siguiente capítulo de Vivienda Saludable!