Si intentamos recrear en nuestra mente la imagen de una vivienda de los años 80, seguramente imaginemos estancias abarrotadas de decoración y de estampados, con paredes revestidas de papel pintado, muebles hechos a medida que ocupaban toda una pared del salón y cuadros en cada esquina. Pero todo esto está cambiando, y ahora lo que más vemos en las redes sociales son imágenes de casas donde el blanco es el claro protagonista, y cada mueble y objeto tiene una función y un lugar.
A priori muchos podríais pensar que el estilo minimalista no está hecho para vosotros, pero puede que hoy cambiéis de opinión con las razones que, creemos, pueden hacer que os enamoréis de este tipo de decoración:
1. Es increíblemente luminoso: una de las cosas que va a hacer que la luz natural fluya mucho mejor por la casa es no encontrarse con ningún obstáculo. Y eso es algo que con el minimalismo está más que asegurado. Además, el blanco y los colores claros, seña de identidad de este estilo, ayudan a multiplicar la luminosidad.
2. Parecerá que la casa es mucho más grande: si en alguna ocasión habéis tenido que realizar una mudanza o habéis vaciado alguna habitación, seguramente habréis expresado aquello de “¡madre mía, si parece mucho más grande!”. Y es que es así, cuantas menos cosas pongamos en una estancia y menos colores oscuros haya, más se aprovechará cada metro cuadrado.
3. Ahorraremos tiempo en la limpieza: retirar los muebles al pasar la aspiradora o ir limpiando uno a uno cada objeto que tenemos sobre la cómoda es de las cosas que más tiempo nos hacen perder a la hora de limpiar la casa. Es cuestión de lógica: cuánto menos tengamos, menos tendremos que limpiar.
4. Menos, pero de más calidad: al limitar nuestra inversión en decoración, podremos dedicar más parte del presupuesto a cada uno de los muebles y elementos que escojamos, pudiendo optar por diseños más exclusivos y de mayor calidad.
5. Un consumo más responsable y sostenible: a veces compramos casi por impulso, dejándonos llevar por la espiral del consumismo y la falsa sensación de felicidad que produce en nosotros, y esto es algo que, con el tiempo, no es, ni sostenible, ni respetuoso con el medio ambiente. Por ese motivo, el minimalismo nos invita a adoptar una filosofía de vida más relajada, un consumismo más eficiente y una actitud más sostenible.
6. Le daremos la espalda al estrés: el alejarnos de la saturación, sentir esa ‘libertad’ que ofrecen los espacios amplios y convivir en una casa fundamentalmente práctica nos ayudará, sin duda, a controlar el estrés y convivir en armonía con el resto de la familia.
7. Mejoraremos la concentración: cuánto menos tengamos en casa, menor será el número de distracciones y, por tanto, más fácil será alcanzar un nivel de concentración óptimo.
En definitiva, el minimalismo se suele asociar con libertad, con paz, con serenidad... En cualquier caso, sea cual sea nuestro estilo, optar por la sostenibilidad siempre debería ser nuestra prioridad.
Esperamos que os haya resultado útil esta información. Nos vemos en el próximo post de Vivienda Saludable.