Limpiar el papel pintado es sencillo
Es cierto que limpiar el papel pintado se hace necesario de vez en cuando, y que siempre hay que hacerlo con cuidado. Pero si sigues unas recomendaciones básicas y tomas precauciones, lo mantendrás como nuevo durante mucho tiempo.
A cada papel, su mantenimiento
El papel vinílico, por ejemplo, es el más fácil de limpiar, ya que soporta estoicamente sin problemas la humedad. De hecho, es el papel pintado que se coloca en cocinas y baños. Para dejarlos como nuevos basta con frotar con un trapo mojado y escurrido en agua jabonosa, sin empaparlo en exceso.
El papel pintado tejido no tejido, fabricado a partir de una mezcla de fibras sintéticas y es bastante resistente, pero no admite el agua. Hay algunos más lavables que otros, en función de las características de los papeles.
Lo mismo ocurre con el papel pintado tradicional, de fibras de celulosa. Es menos resistente y puede ser más o menos lavable. El fabricante ha de indicar en qué grado lo es en la ficha del producto.
Cómo proceder en cada caso
Las paredes de papel vinílico, en especial si están en la cocina o el baño donde pueden ensuciarse más, necesitan una limpieza más profunda con agua y jabón y una esponja sueva bien escurrida. Frota muy ligeramente toda la pared y seca con un paño de microfibra.
Para eliminar manchas puntuales en un papel pintado tradicional o tejido no tejido, lo mejor es probar con una goma de borrar. Si esta solución no es efectiva, puedes probar con un paño húmedo, teniendo mucho cuidado de no frotar de forma agresiva porque estropearás el papel.
Las manchas de grasa pueden tratar de limpiarse con maicena o con polvos de talco. Ambos productos actúan de forma similar, absorbiendo la grasa. Aplica cualquiera de los dos sobre la mancha y tapa con film de plástico. Espera 24 horas y después retira el producto.
Cosas que nunca debes hacer
No debes usar alegremente ningún producto para limpiar el papel pintado, por mucho que te lo hayan recomendado. Antes haz una prueba en un lugar poco visible.
Nunca uses productos de limpieza agresivos, como la lejía o el amoniaco. No tienen buenos resultados a la hora de limpiar el papel pintado.
No lo rasques nunca con espátulas u otros objetos punzantes, a no ser que quieras hacer un agujero en el papel. Tampoco puedes frotar con estropajos ni esponjas duras. Incluso con un trapo húmedo debes frotar de forma muy suave.
Si tienes en cuenta estas recomendaciones, conseguirás que tus paredes de papel pintado estén siempre limpias y perfectas.