Este dormitorio, situado en un piso cerca de Ámsterdam, partía de un problema base: techos abuhardillados de 3 metros en su punto más alto a casi hasta el piso en el otro, por lo que la decoración y el estilo de este espacio era un poco complicado.
De este modo, tenemos un espacio que es incluso demasiado alto por un lado, (el de la cama) a otro demasiado estrecho en el extremo opuesto; por lo que la habitación inicial estaba muy desequilibrada.
En el antes, como os decía, nos encontramos con un dormitorio que aparentemente es “normal”: con una pared de cabecero con papel pintado, una bonita silla tipo nórdico en verde agua y mobiliario sencillo y funcional. Quizá algo más arriesgado es el estampado de cuadros del somier, pero en cualquier caso, hubiera sido fácil de sustituir por otro en un momento dado.
Sin embargo, el efecto que buscaba la persona que vivía aquí era crear un dormitorio luminoso, cálido y acogedor. Según cuenta la diseñadora, la propietaria quería que fuera simple y poco exigente, pero con sutiles toques de color y contraste. De este modo, surgió esta tormenta de ideas de inspiración con texturas y materiales cálidos:
Los recursos (una paleta de tonos pastel y elementos de decoración muy finos y elegantes) se integraron perfectamente en nuestro dormitorio inicial, dando como resultado este otro:
Sin duda, la eliminación de la pared de papel pintado ha sido clave. Además de distraer demasiado a la vista, según la diseñadora artífice de este proyecto, restaba luz al conjunto. Por ello, apostó por una tonalidad gris muy neutra pero cálida en paredes en contraste con otro gris. Como la curvatura de la pared complicaba el uso de cortinas, utilizaron un panel de lino muy fino.
En este espacio, la simplicidad era clave. El cliente tenía preferencia por el minimalismo, así que el diseño tenía que ser muy cuidado, de líneas simples y mucha textura para suavizar la habitación (utilizando materiales naturales como lino, lana, algodón, madera, cerámica… en diferentes tonos y estructuras).
Aquí hay otro vistazo al “antes” que muestra la puerta de la habitación desde el pasillo y se observa la curvatura del techo.
Para acentuar dicha altura pero captar la atención en el nivel de los ojos, han colocado dos lámparas colgantes a cada lado de la cama con un cable negro y una bombilla de ópalo en el extremo que no deslumbra en los ojos y proporciona una luz suave para la lectura nocturna-.
Las cuerdas negras llevan el ojo a la ropa de cama de lino natural que no puede ser más bonita.
Aquí hay una vista del “antes” del otro extremo del dormitorio, donde el techo se curva muy bajo, dejando poco espacio para muebles. Reemplazaron las cómodas de color gris oscuro por algo más sutil, que todavía ofrecía un montón de espacio de almacenamiento (el armario principal de la pareja está en el estudio de al lado) para mantas extra, pijamas y otros elementos.
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¿Qué te ha parecido este cambio? A mí me ha impresionado mucho, ya que quizá es más fácil ver el poder de la decoración cuando el antes es anticuado u obsoleto, pero cuando partimos de un dormitorio “normal”, cuesta más pensar en este tipo de vueltas de tuerca que consiguen exprimir al 100% los espacios, ¿no te parece?
¡Gracias por leernos! ¡Volvemos el miércoles con más inspiración!