¡Hay avances en el recibidor! Concretamente el punto 3. En la anterior casa tenía un mueble zapatero en el pasillo la entrada. Es de Ikea y ya está descatalogado (la versión actual sería esta). Recomiendo altamente los muebles zapateros para los recibidores estrechos o pasilleros: ocupan poco y tienen gran capacidad. Este no llega a 20cm de profundo y, menos zapatos, cabe de todo.
Lo tenía guardado en el trastero porque no me gustaba nada, y aunque le tenía manía, tengo que admitir que es comodísimo Me propuse darle una segunda oportunidad y rescatarlo del exilio. Nada como un mueble que ya no te gusta. Cero sentimiento de culpa si la lías.
Llevaba bastante tiempo fantaseando con un mueble negro maltratado ¡matratadísimo! Esta es la víctima perfecta. Necesitaba un poco de seriedad, aunque adoro mi pared de constelaciones, tampoco quiero que mi casa se convierta en algo infantil.
La buena noticia es que no es de melamina, sino chapa de madera. La melamina es, dicho a lo cafre, una foto. Una foto de una lámina de madera, con un montón de barniz. La chapa de madera, es madera. Una lámina muy fina, igual no llega a un milímetro, pero madera al fin y al cabo. Por tanto se puede tratar y teñir como tal.
La mala noticia es que lleva una capa de barniz que debe estar hecha de adamantium y cuesta quitarla una barbaridad.
No soy ninguna experta, pero aquí va mi truco para saber si un mueble es de melamina o de chapa: Fíjate en las vetas. Algunos barnices de melamina viene con efecto texturizado imitando las vetas, pero no coinciden con el dibujo. Aquí se puede ver claramente cómo coincide la veta con la textura. Me costó sacar la foto una barbaridad, pero todo sea por vosotras.
Decapé, lijé y maltraté todo lo que quise y más, el sobre del mueble.
Para el resto se me acabaron las ganas, así que lo pinté sin más, con primor y sin imprimación. Cuando empecé a lijar se me fue todo al traste. Corramos un tupido velo. Raspé la pintura con espátula y volvimos a como estaba. Resignada a duplicar el trabajo, decapé y lije también el resto del mueble (lo suficiente para que agarrara la pintura).
A la parte de arriba le di varias manos de nogalina diluida en agua.
El resto lo pinté con una mano de nogalina, dos de pintura gris al agua y otras tres de chalk negro. Esta vez con el chalk paint de “Americana”. Entre las marcas que he probado, por ahora, me quedo con el de “La Pajarita” o “Auténtico” pero o nos venden un mini botecito ¡o pasan al litro de pintura inagotable!¡Bote de 300ml ya!
Una vez seco me dediqué a lijarlo y maltratarlo con una espátula. También incluí agua en la ecuación. Si os animáis a dar efecto desgastado ¡probad con lo que tengáis! Los acabados varían si lo humedeces o no, si usas lana de acero o lija de grano o si directamente levantas pintura con la espátula.
Una vez que estaba contenta con el destrozo, le di un par de manos de barniz satinado a todo. Es un mueble con mucho trote y, aunque adoro el acabado a la cera, sobre todo me importa que dure. Ya solo quedó esperar a que los tiradores hicieran su aparición estelar. Finalmente, aparecieron unos (en todocolección.net, fuente inagotable de deseos) exactamente como los quería.
¡Y ya está! ¡Mueble nuevo para entrada nueva!. No mas cosas por medio, no mas zapatero color haya. Soy feliz. Y haciendo honores al punto 6 (gastar lo mínimo) diré que sólo tuve que comprar la pintura negra y los tiradores, en total unos 25€
¿Qué te parece?¿Te va el negro? ¿Eres mas de colorinchis o blanco impoluto?