Si sigues el blog desde sus comienzos, sabrás (más por pura repetición mía, que por otro motivo) que hay varias cosas que me gustan a rabiar y una de ellas es el balcón, terraza, jardín, todo a la vez, o similar, que no tengo.
Dan ganas, y muchas, de apostillar lo del "aún".
Se dice que, para que las cosas ocurran, primero hay que desearlas.
También dicen, que no basta con desearlas; hay que visualizarlas, creérselas, hacer como si ya las tuviéramos, deleitarnos con esos pensamientos, hacerlos evolucionar y de alguna manera, el universo (que sinceramente, en los últimos tiempos parece el nuevo Dios o su sustituto / estrecho colaborador a ratos -reconozco lo políticamente incorrecto de este comentario-) hará el resto.
¿Qué es el resto? Pues te irá poniendo miguitas de pan en el camino, las cuales seguiremos como Pulgarcitos y cuando nos demos cuenta, como por arte de "magia", todo aquello que realmente deseemos, se materializará.
Sinceramente, prefiero esta teoría, a la de: "el destino está escrito". Me decepcionaría mucho confirmar que, hagamos lo que hagamos, nuestra línea de la vida está trazada y muy poco podemos hacer por cambiarla.
La emoción de no saber qué pasará, la ilusión por un cambio de timón a mejor, la esperanza de que nada está dicho aún, las inexplicables y sorprendentes vueltas de la vida, que mantienen el interés hasta el último momento (sea cual sea éste), es lo que me mantiene viva y, desde luego, no quiero cambiarlo.
Volviendo a terrenos menos místicos, yo lo que quiero es un espacio donde el esparcimiento, la comodidad, las meriendas-cenas o los desayunos de 6 horas, las lecturas de libros imprescindibles de un tirón y los rincones de pensar, se unan en un sólo lugar: esa terraza, jardín o balcón, que aún no tengo, pero a la que dedico muchos de mis pensamientos anuales ;-)
Y como de visualizar va la cosa hoy, te muestro lo que yo visualizo en materia gardenil, terrazil o balconil (como prefieras):
Y aquí tienes mi verdaderísima debilidad: las terrazas en los tejados, esos lugares olvidados por estar en la última planta de un viejo edificio, casi en el centro de la ciudad, pero adonde el bullicio no alcanza y cuyos habitantes saben dar el uso idóneo para disfrutarlos como nadie.
Lugares privilegiados por sus vistas, que hacen las veces de sala de estar exterior.
Bueno, por hoy, el universo ya tiene bastante trabajo conmigo... lo tengo muy sobrecargado últimamente, pero yo sé que me ayudará a decidir, buscar y encontrar aquéllo que sea mejor para mí.
La vida es sueño y los sueños, sueños son...
¿Eres de terraza, balcón o jardín?
¿Qué propuesta te ha gustado más?
¿Crees que el universo sabrá decidirse por una sóla?
Un abrazo,
Imágenes: Pinterest
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