Por fin ha empezado el cole y también las actividades extra-escolares que nos traen de cabeza a todas las madres. Que si uno a fútbol, otro a baloncesto, después a inglés… ¡menudo lío de horarios que tenemos!. De alguna manera tenemos que centrarnos y tener todo controlado, no sea que se nos olvide recoger a algún niño, cosa que ya me ha pasado alguna vez. Por eso decidí colocar una pizarra a modo de calendario en una pared del comedor, lo que me costó fue decidir cómo la haría.
Pensé tres opciones diferentes, cada una con sus ventajas e inconvenientes:
Opción 1 – Pintar con pintura de pizarra la pared haciendo un cuadrado por cada día del mes.
Opción 2 – Colocar una pizarra hecha a mano con siete recuadros, uno para cada día de la semana.
Opción 3 – Comprar un vinilo y pegarlo en la pared.
Me decidí por el vinilo por que tenía mas ventajas, es mas limpio, lo puedo despegar cuando quiera sin necesidad de volver a pintar, no se agujerea la pared, no sobresale nada entorpeciendo el paso y no hace mas pequeño el espacio.
Así que busqué en páginas de vinilos para inspirarme en el diseño y con la intención de encargar alguno pero ¡que precios! Así que una vez que tuve claro lo que necesitaba, decidí hacerlo yo misma, comprando un rollo de pizarra vinílica (15 Euros) y cortando los cuadrados uno por uno a la misma medida. Lo que cuesta es empezar, pero una vez que conseguí colocar el primer cuadrado recto, el resto fue coser y cantar.