Existen muchos tipos de chimeneas. Por un lado están las chimeneas para revestir, que suelen utilizarse para recubrir de ladrillo, el mármol o la piedra. Su principal función es la de mantener un estilo a la antigua usanza. Esta tipología es muy económica. En segundo lugar, están las chimeneas sin obra, que sólo necesitan la perforación en la cubierta de la vivienda para la salida de humos, ya que es vista. Dentro de esta clase están también aquellas que se instalan sólo con fin decorativo. Y por último, están las chimeneas calefactoras: a través de una cámara, se le hace circular agua o aire, que a su vez es distribuido por radiadores instalados en la vivienda o por conductos de aire, respectivamente. Estos modelos tienen la ventaja de difundir el calor a toda la vivienda.
Un modelo para cada hogar
En el mercado existen modelos decorativos y funcionales, que suelen servirse en diferentes tamaños, modelos y colores. Las chimeneas no sólo son de leña: las hay de gas, eléctricas, etc. Además, siempre debes tener a mano los accesorios necesarios para preparar un buen fuego y para cuidar de que no se te ensucie la estancia si el aparato requiere leña. Entre estos complementos, destacamos las palas, los cepillos, las tenazas, los portaleños, los fuelles para avivar el fuego, las puertas de cristal y las mallas antichispas para evitar que 'salten' las brasas fuera.Si tu chimenea es de leña, procura siempre tener maderas suficientes a mano, bien guardadas en un desván o en una cesta de mimbre. Hay que evitar en la medida de lo posible los accidentes con los textiles, por eso conveniente que la habitación en donde tengas ubicada esta fuente de calor, no tenga el suelo de moqueta y, si tienes puestas alfombras, que éstas no queden completamente pegadas a la chimenea. Lo ideal es deja un poco de espacio para proteger las piezas textiles de las brasas susceptibles de provocar un desgraciado incendio.
Prevenir accidentes
Cualquier habitación de la casa es buena para una chimenea, lo que pasa es que solemos verlas más a menudo en un salón porque es el espacio donde pasamos la mayor parte del tiempo. No conviene dejarlas encendidas cuando no haya nadie en la habitación, por eso se recomenda asegurarse de que las maderas y todas las brasas estén bien apagadas. Para cerciorarte, nada mejor que derramar sobre ellas un poco de agua.Si la chimenea está en tu casa de campo, a la que vas sólo en pocas ocasiones, también es aconsejable que la dejes limpia de cenizas. Con una pequeña pala y un cepillo, recógelas y mételas en una bolsa para tirarlas después a la basura. Suelen crear mucho polvo y dejan malos olores en la habitación. Es mejor que sobre la chimenea no coloques demasiados objetos decorativos, y si lo haces, que sean jarrones de barro o algún espejo o cuadro.
Ornamentos cálidos
Cualquier complemento que le quieras añadir seguro que quedará bien. Por ejemplo, unos escabeles, que son pequeños taburetes que se suelen colocar delante de las butacas o sofás del salón para poder estirar las piernas y apoyar los pies en ellos. Son muy útiles y siempre consiguen dar un efecto muy agradable y completo al ambiente. Además como se pueden tapizar, pues siempre los puedes poner a juego con la tapicería de tus sofás. También puedes sevirte de un puff.Conseguir un ambiente cálido y acogedor, con una chimenea cerca, es muy fácil. Utilizando telas en tonos beige o anaranjados claros lograrás un ambiente cercano al estilo rústico, pero también puedes valerte de otras gamas más modernas. En cuanto a los estampados, cualquier combinación en almohadones y cortinas es válida. Chimenea siempre es sinónimo de ambiente entrañable, familiar, y agradable, así que no tienes excusa para decantarte por algún modelo para cambiarle la cara al invierno.