No hay duda de que, para las olas de calor, lo mejor son los aires acondicionados. Estos pueden enfriar rápidamente una habitación y mantenerla a una temperatura mucho más llevadera.
Pero, el consumo energético que implica este aparato hace que muchos busquen sacar la mejor eficiencia del aire acondicionado y que este no afecte en demasía a la factura de la luz. Afortunadamente, si se tienen en cuenta esos factores que afectan al consumo del aire y se aplica de manera adecuada, se puede incrementar mucho la eficiencia. ¿Quieres saber cómo?
Trucos para ahorrar luz con el aire acondicionado
A la hora de escoger un aparato de aire, lo normal es apostar por un aire acondicionado de bajo consumo, sin que merme por ello la calidad o la alta eficiencia energética (ya que esto no es sinónimo de un alto consumo en el hogar). Y es que, hoy día, comprar un aire acondicionado no debe de salir caro.
Para conseguir que tu aparato sea eficiente, reduzca el consumo y además alargue su vida útil, hay que tener en cuenta ciertos factores que son los que marcan la diferencia entre una buena compra y una que no lo es tanto.
A continuación te explicamos cada uno de ellos.
La importancia del etiquetado energético
Uno de los primeros aspectos a tener en cuenta para comprar un aire acondicionado hace relación a su etiquetado. Como sabes, hace unos años los aparatos tenía calificaciones que iban de la G a A, siendo la A la mejor de ellas, la más alta. Pero dentro de este grupo se dividían en A+, A++, A+++. En estos momentos esta clasificación se ha simplificado y todo aire acondicionado que veas con la calificación A significará que es de alta eficiencia. Esto se traduce en un menor consumo de energía y una factura de la luz más económica.Esto significa que, a igualdad de características, si te encuentras con dos marcas diferentes como puede ser Mitsubishi Electric y otra, la diferencia en sus aparatos puede estar en esa calificación energética.
Programa el aire acondicionado
Este truco no muchos lo conocen, pero en realidad pueden significar una diferencia entre un aparato eficiente y otro que no lo es. Y es que podrías escoger determinados momentos del día para que se encienda y apague, bien acordes con las horas de mayor gasto energético o no.Por ejemplo, puedes programarlo para que se active a primera hora y haga que la casa esté fresca y apagarlo después porque se conservará ese frescor. Justo antes de perderlo, puede volver a activarse para evitar que tarde tiempo en enfriar la habitación o la casa y, así, optimizar el aire frío y el confort en toda la casa.
La mejor temperatura para ahorrar energía
Sabemos que el calor es bastante molesto, y que cuando se llega a casa soportando altas temperaturas lo primero que se quiere es bajar de golpe esta. Pero si lo que se quiere es que el aire acondicionado sea eficiente hay que poner un pequeño límite.
Es recomendable que la temperatura se sitúe entre los 22 y los 25 grados, ni menos ni más. Si se mantiene en este rango se conseguirá un mejor consumo. De hecho, si se baja de los 20 grados puede hacer que las máquinas deban funcionar más y, a la larga, acortaría la vida útil de estas.
No te olvides del mantenimiento
El mantenimiento de un aire acondicionado no significa verificar que está bien antes de encenderlo en verano y ya está. Si se le hacen revisiones periódicas, así como limpiezas, se mejora el funcionamiento y el consumo del aparato.En este sentido, algunas tareas que deberías hacer son:
Limpiar los filtros de aire. Se aconseja que se limpien al menos una vez al año, pero en verano, al abrir las ventanas por la noche, es posible que entre más polvo con lo que si en esa época lo limpias una vez al mes (en el periodo de más actividad) mucho mejor.
Comprobar los conductos de ventilación (y limpiarlos). Nada tan fácil como acercar un pañuelo de papel y ver si este se mueve. Si además tocas esa zona y ves que tiene polvo solo tendrás que limpiarlo para verificar que tanto la salida como la entrada de aire no están comprometidas.
Limpiar el exterior. El condensador del aire acondicionado lo que hace es aspirar aire para poder enfriarlo en su interior. Pero con ello también se lleva suciedad, polvos y microrresiduos que pueden alojarse en el aparato. Así que al menos una vez cada 15 días deberías limpiarlo para evitar problemas, más si tienes niños pequeños pequeños, ancianos o mascotas.
Renovar tu máquina. Los expertos recomiendan que, cuando el aparato tiene más de 12 años, es el momento de cambiarlo porque uno nuevo podría significar la mitad de consumo de la máquina actual.
Invierte en un buen aislamiento
Imagina que tienes una decoración abierta (que se lleva mucho ahora). Pero además, dejas abiertas las puertas del baño, de los dormitorios… Si tienes un aire acondicionado va a tardar muchísimo más en enfriar una habitación de tantos metros cuadrados como esa que si fuera una pequeña. Y en el tiempo que está activado, intentando alcanzar la temperatura, consume. Pero podemos ayudarle.
¿Cómo? Invirtiendo en aislamiento. Instalar toldos en las ventanas, impedir que las paredes y techos se calienten (y exuden ese calor al interior), etc. ayudará a la máquina a alcanzar el valor confortable y a no desgastarse antes.
Protege tu máquina
Es importante que, igual que proteges el aparato del aire acondicionado de interior, también lo hagas con el de exterior. Esto implica limpiarlo a menudo, verificar que no está obstruido y protegerlo del sol. De hecho, si le da mucho sol puede acabar por quemarse mucho antes, o por dejar de funcionar.Si tomas en cuenta todos estos factores y lo aplicas para tu aire acondicionado, no solo vas a lograr que este tenga una vida útil más larga, sino que también será más eficiente. Y eso se traduce en un menor consumo de luz que tu bolsillo lo notará. ¿Conoces más factores que influyen?